Desde 1986 ningún presidente español ha visitado Cuba, algo que acabará los próximos 22 y 23 de noviembre con la visita del actual dirigente Pedro Sánchez. Sin embargo el viaje del mandatario socialista sigue generando dudas en la política española, que teme un acercamiento excesivo hacia el régimen cubano.
En la oposición señalaron que la visita de Sánchez se puede entender solo si se aborda la actual situación de los derechos humanos en la Isla.
Así lo manifestó en el Congreso el pasado 24 de octubre el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, quien exigió al socialista que siguiera el ejemplo de Obama.
"Obama fue a Cuba y en el discurso que hizo habló de derechos humanos y pidió la libertad de los presos políticos (...) y reunirse con las Damas Blancas [sic]. ¿Usted va a hacerlo o va ir solo de vendedor?", preguntó al representante del PSOE.
"Obama fue a Cuba y en el discurso que hizo habló de derechos humanos y pidió la libertad de los presos políticos".
"Le pregunto en esta tribuna, ¿va a defender los derechos humanos en Cuba? ¿se va a reunir con los disidentes cubanos que ni tan siquiera pueden hacer política en un país que no es democrático? ¿va a defender la democracia?", cuestionó.
"¿Usted sabe que se va a prohibir criticar al régimen en la Constitución?, ¿ha escuchado a la hija de Payá?", inquirió Rivera.
Rivera fue más allá y preguntó al presidente del gobierno español si también tenía pensado defender los derechos humanos en Latinoamérica, concretamente en Venezuela.
"Escuche a los disidentes cubanos y no nos avergüence"
"Escuche a los disidentes cubanos y cuando vaya no nos avergüence", concluyó el líder de Ciudadanos.
Pedro Sánchez, que no ha dado más detalles de su viaje, respondió a Rivera y lamentó la ausencia de dirigentes españoles desde finales de los años 80.
"Me critica hasta que vaya a Cuba, ¡pero si han ido tres Papas, Señor Rivera!. No le parece reprochable que durante más de 30 años no haya habido un presidente del gobierno que haya ido a la Isla", afirmó el líder del Partido Socialista.
"No le parece reprochable que durante más de 30 años no haya habido un presidente del gobierno que haya ido a la Isla".
"¿Le parece reprochable que hayan ido dirigentes como Obama, Hollande, tres Papas? Todo con tal de criticar al malvado Sánchez, que quiere continuar 15 minutos al frente del Gobierno de España", dijo antes de mostrar su disposición a defender los derechos humanos en la mayor de las Antillas.
"Estoy dispuesto a defender los derechos humanos en Cuba. No voy solo como vendedor", contestó.
El intercambio de palabras que protagonizaron Sánchez y Rivera en sede parlamentaria lo compartió el opositor José Daniel García Ferrer en su perfil de Facebook.
En Cuba, por su parte, el pasado mes de septiembre se registraron más de 200 detenciones arbitrarias, según la información proporcionada por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).
Esta organización contabilizó 129 acciones represivas contra mujeres y 69 contra hombres, al tiempo que se producía un número mayor de actos de acoso e intimidación contra miembros de la sociedad civil y activistas.
España también quiere un "deshielo" con Cuba
El pasado 25 de octubre el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, defendió el viaje de Sánchez.
"Esperamos que este viaje puede ser también un instrumento para proyectar nuestra influencia sobre países como Venezuela o Nicaragua, con los que el gobierno cubano tiene relaciones privilegiadas", explicó.
Para Borrell no tenía sentido que España no estuviera en Cuba porque "hay países europeos con muchos menos lazos históricos que nosotros que han estado en la mayor de las Antillas".
"No se trata de ser complacientes, pero tampoco estar ausentes porque los vacíos los llenan otros", defendió el ministro.
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