Lázaro Miguel Gutiérrez Bacallao no vive una película, su vida no es un rodaje de ficción. Pero recuerda a un actor, a una película. Lo que vive hoy este pinareño en el aeropuerto El Dorado, de Bogotá, tiene el mismo amargo sabor a desesperación que lo vivido por aquel Viktor Navorski que encarnara Tom Hanks en la cinta “La Terminal”.
“Duermo en el suelo, con unas cobijas que me facilitaron los guardias de seguridad del aeropuerto. Gracias a ellos, a su caridad, todos estos días aquí me han sido menos duros”, nos dice Lázaro a CiberCuba.
Lleva desde el pasado 14 de octubre varado en el aeropuerto bogotano sin saber qué hacer, ni de dónde es, ni cuál será su destino. Vive en un grave limbo migratorio.
“Yo viví seis años en Ecuador hasta que el pasado 1ro de Octubre decidí emigrar rumbo a Estados Unidos. Pasé de Perú a Brasil, y luego tomé un vuelo a Bogotá. Desde Bogotá llegué a Cancún el día 12, lo más lejos que pude llegar en mi travesía. De allí me deportaron por primera vez”.
Desde Cancún, Lázaro fue regresado a Bogotá. Lo retornaron por donde mismo había venido. Partiendo de que no posee ciudadanía o residencia legal en ninguno de estos países centro o sudamericanos, Lázaro fue deportado a Cuba por las autoridades colombianas. Pero su pesadilla no hacía más que comenzar.
“Volé a Cuba el día 14 a las 9.07 am, en el vuelo 254 de Avianca. No me dejaron pasar del aeropuerto “José Martí”. Allí el departamento de inmigración de Cuba me entregó un documento oficial que me declaraba “No Admisible de Entrada al País” y expedía una orden de retiro”.
O sea, su país natal ordenaba también retornarlo por donde mismo había venido. ¿La razón? “Haberme pasado más de dos años fuera de Cuba”, dice Lázaro. “Me informaron que en ocho años yo no tenía derecho a ser admitido en el país, cosa que no entiendo porque eso se lo hacían por ejemplo a los médicos, pero no es mi caso”.
Lázaro Miguel Gutiérrez Bacallao nació en Pinar del Río pero durante toda su vida adulta vivió en Batabanó. Trabajaba como almacenero de CIMEX.
“El gobierno de mi propio país no me quiso recibir en mi país y me envió a Bogotá. Acá llevo 13 días, durmiendo en un aeropuerto sin tener respuestas, sin saber qué van a hacer conmigo. Ya no sé ni de dónde soy”.
Su situación es surrealista: vive en el aeropuerto. No espera un vuelo rumbo a ninguna parte.
“Solo pido acá en Colombia que me ayuden a entrar al país para poder buscarme un abogado y ver qué puedo hacer con mi vida. Las empleadas de la aerolínea Avianca me traen comida y me prestan sus duchas para poder bañarme”, dice Lázaro en algunos videos publicados en su página de Facebook.
El caso de Lázaro coincide circunstancialmente con el de Yaíma Millares Cuesta, la cubana embarazada y con tres hijos varada en el aeropuerto de Panamá, a quien le han informado que será deportada esta noche a Cuba luego de pasar tres días intentando ser admitida en algún país.
Pero Lázaro Miguel Gutiérrez Bacallao la tiene todavía peor: no será deportado a su país de origen, y no es admitido en ningún otro. De momento, como el Viktor Navorski que encarnó Tom Hanks en “La Terminal”, el aeropuerto será su casa quién sabe hasta cuándo.
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