"¡Oh là là, azúcar francesa!", bromean en la calle los cubanos que están al tanto de que el azúcar que se consume desde hace algunos meses en la canasta básica no es cubana, sino importada de Francia.
Hace poco más de cuatro meses ya se veía venir que, tras una mala cosecha, la Isla estaba abocada a un déficit de azúcar para el consumo nacional. No obstante, funcionarios optimistas indicaron entonces que la Isla aspiraba a evitar las importaciones haciendo uso de su "reserva", y convocando al inicio de la zafra en fechas más tempranas, que pudieran satisfacer la demanda local.
Finalmente, tras una cosecha de 1.1 millones (muy por debajo de los 1.6 previstos) ha sido inevitable la importación. Cuba consume entre 600 mil y 700 mil toneladas de azúcar y a esa cifra debe sumarse los contratos de exportación.
No obstante, los cubanos no se quejan por estos días de endulzar el café con azúcar francesa, pues es muy dulce, blanca y sin rastro de humedad alguna.
La empresa FranceAgriMer, por su parte, ha destacado que esta es la primera vez que Cuba está importando cantidades significativas de azúcar de remolacha proveniente de Francia, y es que lejos quedan los tiempos en que el azúcar era uno de los mayores renglones exportables e industria insigne del país.
La caída de la Unión Soviética y la progresiva falta de inversión en infraestructuras, semillas, fertilizantes y pesticidas, además de la desorganización, han hecho el resto. No obstante, el Gobierno de Cuba culpa al embargo comercial estadounidense a la Isla del desastre.
La agencia AFP recuerda que a comienzos de la década del 90 Cuba producía alrededor de 8 millones de toneladas de azúcar al año. Apenas una década después, dejó de llegar a los 2 millones anuales.
A ello se suma otro dato, a inicios de los años 90 el azúcar todavía representaba casi el 75 % de las exportaciones cubanas, mientras que en 2015 solo fue del 13 %.
Según la Organización Internacional del Azúcar (ISO), en 2017 Cuba produjo 1.9 millones de toneladas de azúcar sin refinar y exportó 1.1 millones de toneladas.
Sin embargo, una larga sequía, a la que siguió el paso del huracán Irma en septiembre y las lluvias fuera de temporada, impactaron negativamente la cosecha de este año, que quedó apenas en 1.1 millones de toneladas de azúcar sin refinar.
El nivel de la última zafra ha sido similar a los de hace más de un siglo, según datos citados por la agencia Reuters hace cuatro meses. La estimación fue realizada sobre la base de reportes de medios provinciales cubanos y de otras fuentes.
No obstante, una consultora agrícola británica llamada FO Licht espera que la producción cubana mejore la próxima temporada y alcance 1.5 millones de toneladas, aunque seguirá estando lejos de la época dorada de la industria azucarera en la Isla.
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