El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, se estrenó ante la Asamblea General de la ONU en una cumbre sobre la paz dedicada a la memoria de Nelson Mandela, con un discurso marcado por el continuismo y la no sorpresa.
Em este sentido el dirigente se dirigió a los mandatarios del mundo y pidió combatir "el hambre crónica, la insalubridad, el analfabetismo, los altos índices de mortalidad infantil o las muertes por enfermedades prevenibles".
"No puede haber paz y seguridad para pueblos con altos niveles de pobreza", añadió.
El mandatario de la Isla también envió un mensaje velado para las potencias mundiales y lamentó que hubiera "millones de excluidos por el mundo por un injusto orden económico internacional".
"Los desplazados, los hambrientos, los que huyen de las guerras y de la falta de oportunidades hacia los territorio de la abundancia, levantada con el saqueo de nuestros pueblos, son víctimas de una segregación silenciosa y silenciada", agregó.
Díaz-Canel elogió la figura de Mandela y recordó que "queda mucho por hacer para que se hagan realidad sus sueños".
También presumió de la colaboración de Cuba "con los pueblos de África", lo que definió como una prioridad de la política exterior de la Isla durante más de 50 años.
"La paz internacional permanece amenazada por la filosofía de la dominación", dijo después de recordar el abrazo de Mandela a Fidel Castro en territorio cubano.
"El único tributo digno a su memoria es impulsar el desarrollo de las naciones en desventaja", señaló durante su intervención en Nueva York.
Esta es la sexta vez que un presidente cubano interviene ante la Asamblea de Naciones Unidas desde el triunfo de la Revolución en 1959.
(con imagen de REUTERS/Carlo Allegri).
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