Once de los doce niños del equipo de fútbol Los Jabalíes Salvajes ―rescatados el pasado 10 de julio tras pasar más de 15 días atrapados en una cueva de Tailandia― han formado parte de varias ceremonias tradicionales con el fin de ser ordenados como novicios budistas.
Durante nueve días, los menores vivirán en un templo budista para cumplir con las promesas hechas por sus familiares si salían a salvo de la cueva inundada, y también como homenaje a Saman Kunan, el buzo que falleció en las tareas de rescate.
Uno de los niños no será ordenado porque pertenece a una minoría étnica cristiana, procedente de Birmania.
El entrenador, como es adulto, no será ordenado "novicio" sino "monje". Antes de ser entrenador de fútbol, el joven de 25 años vivió durante una década en un templo budista.
De hecho, el personal que colaboró en las tareas de rescate considera que los conocimientos del entrenador y el apoyo psicológico que ofreció a los pequeños sirvieron para que ellos pudieran controlarse y sobrevivir a la ansiedad, la carencia de comida y la escasez de agua que padecieron durante las más de dos semanas que estuvieron encerrados.
Las ceremonias de estos días tuvieron lugar en la norteña provincia de Chiang Rai, a través de una serie de ofrendas espirituales que continuó con los ritos de purificación, en los que se afeitó el pelo de los futuros monjes.
Los actos terminaron este miércoles en otro recinto religioso de la región, donde permanecerán ordenados hasta el próximo 3 de agosto, según informaron en un comunicado.
El Gobierno tailandés ha recomendado al grupo que, una vez concluido el retiro, vuelvan a su vida normal y que eviten convertirse en el centro de los medios de comunicación.
Las operaciones de salvamento levantaron una gran expectación en todo el mundo y se han convertido en un orgullo para esa nación asiática.
El grupo entró en la cueva Tham Luang durante una excursión el sábado 23 de junio tras completar un entrenamiento de fútbol cuando una súbita tormenta inundó el camino de salida de la gruta.
El budismo, por su parte, es practicado por más del 90% de la población de Tailandia.
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