Trabajadores de la fábrica de helados Coppelia, de Camagüey, saben que este año tampoco podrán cumplir con los objetivos de producción comprometidos a comienzos de 2017. A estas alturas acumulan un atraso de más de 83.000 galones de helados y la meta de llegar a los 1,3 millones de galones anuales se ha convertido ya en una quimera.
Para conseguirlo, deberían producir unos 5.000 galones diarios hasta completar los 123.000-130.000 mensuales. Pero esos son números sobre el papel. En la práctica no pueden hacer más porque las máquinas quedaron paralizadas tras el paso del huracán Irma por la provincia y también porque les falla lo principal: el sistema de refrigeración.
"Tenemos un problema fundamental en la parte de mantenimiento, que es el sistema de frío. Eso es grave en la calidad del helado porque deteriora mucho el producto. Los problemas que hay con la temperatura hacen que se precipiten los siropes en los helados con incorporación, como los rizados. Siempre se controla y se trata de que el helado que esté más duro y cumpla mejor con los parámetros sea el que se distribuya", comenta una empleada de la fábrica al diario local Adelante.
Para el año que viene, la empresa tiene previsto instalar el quinto congelador de la línea, que permitirá producir hasta 6.000 galones de helado al día. También aspiran a dar mantenimiento general a sus maquinarias obsoletas."Vamos a montar los difusores de la nevera del producto terminado y una caldera que debemos conectar a la línea en enero", explica un responsable de la fábrica.
Los helados que más se producen son el de crema y el especial, con una amplia demanda en hospitales, la gastronomía local y círculos infantiles, prioridades de la distribución en la provincia cubana.
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