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Residentes en la Civic Tower de Miami, desalojados del parqueo en el que dormían después de Irma

El edificio, que aloja a personas de bajos recursos, ha sido tapiado y declarado "inseguro" y muchos vecinos que vivían allí se han quedado en medio de la calle.


Este artículo es de hace 6 años

Luego de casi dos semanas durmiendo en un parqueo, los vecinos de la Civic Tower -una residencia administrada por la ciudad de Miami y destinada a personas con bajos ingresos y jubilados-, pensaron que finalmente el problema estaría solucionado.

Este miércoles un grupo de ellos fue trasladado a hoteles luego de una semana de intercambios entre los propietarios del complejo de apartamentos subvencionado por el Gobierno y los líderes de la ciudad sobre qué hacer con las personas (en su mayoría de la tercera edad) que habían estado durmiendo en sus coches y debajo de las lonas del estacionamiento.

Los inquilinos fueron evacuados días previos al paso del huracán Irma por el sur de la Florida. Cuando regresaron a sus casas el lunes pasado, supieron que no podían entrar. La ciudad había considerado que las torres, compradas por Redwood Housing Partners en febrero pasado por 45 millones de dólares y en reconstrucción, no eran seguras después de la tormenta.

Aunque en la madrugada del jueves casi la mitad de ellos fueron trasladados a hoteles, en la mañana al menos otras 30 personas seguían en la calle.

Las autoridades cerraron en la noche del miércoles el estacionamiento que los mismos vecinos habían transformado en un campamento. Ahora la situación parece más desesperanzadora: están en medio de la calle.

CiberCuba había visitado la Civic Tower hace unos días para conversar con varios de los afectados cuando aún se encontraban durmiendo en el parqueo del edificio.

José Canavaciolo había improvisado su casa a la intemperie, enfrente del que fue su hogar. Ahí, junto a su carro, está lo único que ha podido sacar de su casa: dos cajas de cartón. Una con el número de su apartamento y una única leyenda: "Hasta que se seque el Malecón". En la otra, un cartel dando gracias a Dios y a los medios de comunicación, especialmente a CiberCuba, por hacerse eco de su desgracia.

CiberCuba visita a los afectados por el desalojo en la Civc Tower. En la foto, Yani Gil y José Canavaciolo

Cuenta Canavaciolo que en la Civic Tower sólo quedaban viviendo cerca de ochenta personas cuando llegó el huracán Irma y las autoridades de Miami, que son las que les pagan las rentas de los apartamentos, les obligaron a abandonar el edificio porque lo consideraron inhabitable. Nadie les dijo qué tenían que hacer en adelante. Sólo les enseñaron la puerta y los dejaron en la calle.

Cartel que advierte de que no se puede entrar a la Civc Tower.

Canavaciolo exige que les hablen claro. "Queremos saber si quieren este terreno para hacer otra cosa. Que nos lo digan y que nos den la oportunidad de buscar otro techo", insiste.

Este vecino defiende que no quiere ir a un 'shelter' porque sus pertenencias siguen en la Civc Tower. Él duerme dentro de su carro aunque una señora le regaló un colchón, que él tiene reservado para "algún viejito" que lo necesite.

En una situación similar a la de Canavaciolo estaba Jesús Castillo, un hombre que pasa sus días sentado frente a la que fue su casa durante muchos años. Nunca antes había pasado por una situación como la que está viviendo ahora, que le ha dejado literalmente en la calle.

"La peor experiencia de mi vida"

Enfrente de la Civic Tower había decenas de voluntarios de la iglesia ayudando a los desalojados. María Rojas, quien dormía en una silla a la intemperie para dejar que sus perros lo hagan dentro de su carro nos cuenta: "Ésta es la peor experiencia que he pasado en mi vida. Ni cuando el Mariel, cuando vine para este país. Yo jamás pensé que con esta edad, enferma y con dos mascotas y mi apartamento pagado iba a tener que dormir diez días a la intemperie. Me han dado dos ataques de nervios: he llorado, he gritado... Le caigo 'pesá' aquí a todo el mundo porque siempre estoy protegiendo a mis animalitos. Me preguntan cómo estás y yo contesto: cómo quieres que esté, muriéndome".

María explica que ella no tiene familia en los Estados Unidos. Cuando vino de Cuba estuvo en dos 'shelters' y sabe lo que es eso. Además se queja de que a las personas de la Civic Tower que fueron acogidas en estos centros durante el paso del huracán Irma, "a los cuatro días las soltaron para la calle". "Nosotros somos personas. Seres humanos. Sentimos y sufrimos. Ya está bueno. Ya no podemos más".

Residentes en la Civic Tower, este miércoles, tras diez días a la intemperie.

Esta mujer añade que no quiere irse a un hotel porque no quiere que la echen a los tres días y luego no la dejen acampar de nuevo frente a su edificio. "Yo sólo pido que nos metan en un hotel o en un lugar donde se pueda vivir durante ocho meses", que es el tiempo que dicen que durará la reparación de la Civic Tower. Algo que ella duda porque las obras empezaron en febrero y a estas alturas "no han terminado ni un solo apartamento".

María cree que una salida a esta crisis pasa por la reubicación de los desalojados "en un lugar donde podamos vivir decentemente". "Si no me voy de aquí pronto, salgo con los pies por delante. Yo ya no puedo más".

Con la ayuda de Dios y de la Cruz Roja

El pastor Omar Figueras es uno de los voluntarios que fue llamado por la oficina del alcalde de la ciudad de Miami, Tomás Pedro Regalado, para que echara una mano a los desalojados. "Me dijeron que había un desastre y que necesitaban nuestra asistencia. Aquí hay niños, ancianos y gente enferma sin medicinas". Fue así como comenzó a ofrecer ducha, ropa interior y de vestir, cortes de pelo y oración a los residentes.

La iglesia corta el pelo a los residentes de la Civic Tower que viven a la intemperie.

Hasta los bajos de la Civic Tower también se desplazaron voluntarios de Cruz Roja. "Ciertamente ha ayudado mucha gente", señala el pastor, que pide la colaboración ciudadana. "Necesitamos ropa, calzocillos, medias, toallas y no han traído nada, solamente comida y esta gente se baña todos los días".

Desde Cruz Roja, su portavoz reconoce que las temperaturas en los bajos de la Civic Tower están altas: "Tanto climáticas como emocionales".

El panorama cambió: muchos de los vecinos de la Civic Tower ahora no tienen ni el parqueo para pasar la noche

Las carpas, sillas y hasta camillas que habían acomodado los vecinos en el estacionamiento ya no están.

FEMA (la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias) había garantizado a los desalojados de la Civic Tower que buscaría hoteles este jueves a 50 de los 80 desalojados para que pudieran dormir bajo techo. También se había comprometido a entregarles un papel que certifique que en algún momento podrán volver a sus casas o tendrán un techo alternativo en el futuro.

“Nos engañaron anoche (el miércoles). Ahora sí estamos más en la calle todavía. Nos siguen tratando como si fuéramos perros”, aseguró a El Nuevo Herald, Víctor Moreno, de 89 años y uno de los vecinos que aún espera ser trasladado a un hotel.

Y por si fuera poco, varios de los residentes que fueron llevados a hoteles denunciaron que se quedaron sin habitaciones.

El senador Marco Rubio y el alcalde de Miami, Tomás Regalado, han trabajado en conjunto para que lograr que Redwood Housing Partners, la compañía dueña del proyecto, reubique a los inquilinos pero hasta el momento el panorama continúa siendo desolador.

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Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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