Cientos de ciudadanos voluntarios y rescatistas han salido a las calles de la Ciudad de México para socorrer a las víctimas del terremoto de magnitud 7.1 que azotó el centro del país este martes 19 de septiembre y dejó decenas de edificios completamente destruidos.
Se desconoce aún cuántas personas han quedado sepultadas tras los derrumbes, pero los primeros datos oficiales cifran en 217 las personas fallecidas, 22 de ellas niños del colegio Enrique Rebsamen que quedó reducido a escombros tras el temblor de tierra.
Las brigadas de salvamento, por su parte, trabajan sin descanso y echando mano a todos los recursos de que disponen para conseguir rescatar al mayor número de personas con vida.
Para los damnificados del potente seísmo, cuyo epicentro se localizó entre los estados Morelos y Puebla, se ha dispuesto una red de albergues.
Desde la Unicef han hecho un llamado a las acciones solidarias y a realizar donativos que permitan ayudar a uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, los niños.
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