Cubadebate, que practica justo lo que dice combatir, el terrorismo mediático, la ha colocado más allá de los cuatrocientos pies. El medio no ha tenido reparo en afirmar que “con el objetivo de desprestigiar al gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro”, como si tal cosa fuera ya necesaria, y el gobierno de Nicolás Maduro no se hubiera desprestigiado por sí mismo, “un grupo de saboteadores promocionó un video en el evento en conmemoración de los 200 años de la Batalla de San Félix, en el estado de Bolívar.”
Se refiere la nota al rechazo multitudinario que recibió Maduro, abucheado por los presentes y diana de distintos objetos. Hasta huevos llegaron a lanzarle. Según la nota, el testimonio del video es un montaje y su único argumento técnico para ello es que se mantiene “un movimiento confuso de cámara para crear sensación de violencia, a través de una persona que supuestamente lo graba y grita “maldito, maldito”.
De acuerdo. No es que cuando tú grabes en medio de cualquier multitud la cámara se mueva, eso no pasa nunca. Es que los manipuladores contrataron a Rudy Mora, que ya había ensayado esta técnica hiperquinética en su telenovela Diana.
Para colmo, Cubadebate ni siquiera cuelga el video en su página. Le deja a la imaginación de los usuarios de intranet la supuesta manipulación, porque la verdad es que fuera de Cuba nadie se come ese millo.
Pero en todas partes cuecen habas. El vicepresidente para el Socialismo Territorial y Ministro para las Comunas (sí, ese nombre existe), Aristóbulo Istúriz (sí, ese nombre existe también), definió los abucheos contra Maduro como una "avalancha de amor". Parece el título de una novela de Televisa: Avalancha de amor. Eso es lo que se llama convertir un revés en victoria y vivir para contarlo. Sin despeinarse.
“Yo agarré una pelota de béisbol que le lanzaron al presidente, iba escrita con un mensaje, después yo se la di al presidente en el avión”, dijo, tan bonachón. Del lobo, un pelo. Menos mal que Istúriz logró agarrar la pelota dirigida a Maduro, porque ese regalo afectuoso le hubiera partido la cabeza al presidente.
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