El controvertido presidente filipino, Rodrigo Duterte, reconoció haber matado a presuntos criminales cuando era alcalde de Dávao, una de las principales ciudades del país.
Desde su llegada al poder en junio, Duterte ha decidido combatir el narcotráfico utilizando métodos en poco éticos.
Desde entonces se relacionan más 5.900 muertes con la represión policial.
El presidente filipino hizo estas declaraciones durante un foro empresarial en un intento de acallar las voces que critican la feroz actuación de la policía del país.
En este sentido el presidente dijo: "En Davao solía hacerlo personalmente. Simplemente para mostrarles a los muchachos (policías) que si yo lo podía hacer, ellos también", apuntó en su discurso en el palacio presidencial.
"si yo lo podía hacer, ellos también
Durante el discurso el mandatario apuntó a quienes critican su política diciendo: "Si piensan que la voy a detener porque me da miedo que Obama se sume a los de derechos humanos, lo siento, no lo voy a hacer"
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