La existencia en Cuba de círculos infantiles como negocios privados ofrece una nueva alternativa a los padres cubanos para el cuidado de sus hijos, cuando estos tienen menos de 5 años.
Este servicio ―que forma parte de las licencias de “cuentapropismo”― consigue un trato más personalizado que el que brindan los círculos infantiles estatales.
Entre los trámites para conseguir la licencia se encuentra el certificado “sanitario” y un test psicométrico que se hace en un policlínico.
Algunos padres consideran sentirse más confiados en centros privados, aunque en los centros estatales se cuenta con la ventaja de tener un programa de actividades que va enfilado a la franja de edad que tenga el niño.
Un padre destaca que el acceso a los círculos infantiles estatales es más complejo porque requieren que se aporte una carta del centro de trabajo. A ello se suma el criterio de quienes consideran sentirse más seguros de llevarles ellos la comida a sus hijos a los círculos particulares, pues en los estatales los padres tienen menos control de cómo se alimentan sus hijos.
No obstante, este tipo de centros no son baratos, eso hace que no sea para todo tipo de bolsillo en Cuba.
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