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Entrevista a Richard Blanco, el poeta de origen cubano que leyó un poema en la embajada norteamericana en La Habana

El escritor estadounidense de origen cubano Richard Blanco, conocido por haber recitado una obra durante la toma de posesión del segundo mandato de Barack Obama, leyó el poema "Cosas del mar" en el acto de izado de la bandera de Estados Unidos en La Habana

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Este artículo es de hace 8 años

El escritor estadounidense de origen cubano Richard Blanco, conocido por haber recitado una obra durante la toma de posesión del segundo mandato de Barack Obama, leyó el poema "Cosas del mar" en el acto de izado de la bandera de Estados Unidos en La Habana

Martí Noticias ha traducido la obra, que el propio poeta ha calificado como "uno de los poemas más complejos y emocionales que he tenido que escribir jamás".

"Cosas del mar"

El mar no importa,

Lo que importa es esto.

Todos somos del mar entre nosotros,

Todos nosotros.

Una vez y aún ahora, el mismo niño

Que se maravilla ante una estrella de mar,

Escucha los caracoles vacíos,

Esculpe sueños en castillos imposibles.

Todos hemos sido amantes,

De la mano paseando por cualquiera de nuestras orillas.

Nuestras huellas,

Como un espejismo de nosotros mismos,

Se desvanecen en olas que no conocen su origen

O no les importa en qué país se rompen,

Se rompen.

Nos bendicen y regresan al mar,

Hogar de todos nuestros deseos silenciosos.

Nadie es el otro para el mar,

Seamos apartada isla o vasto continente.

Recuerda a nuestros abuelos,

Sus manos enterradas profundamente

En la tierra roja o marrón

Plantando árboles de arce o mango

Que los sobrevivieron.

Nuestras abuelas,

Contando los años mientras desempolvan fotos del día de su boda,

Esos desgastados rostros de familia todavía vivos,

Ahora sobre nuestras cómodas.

Nuestras madres,

Enseñándonos cómo leer en español o inglés,

Cómo atar nuestros zapatos,

Cómo recolectar los colores del otoño,

O morder una guayaba.

Nuestros padres,

Fatigados por el peso de las nubes,

Marcando reloj en las fábricas

O cortando caña de azúcar

Para ganar una nueva vida para nosotros.

Mis primos y yo ahora admirando los mismos cielos

Sobre rascacielos o fincas,

Esperando que el tiempo se detenga

Y comience otra vez.

Cuando la lluvia cae

Limpia su camino hacia el río o la calle,

De vuelta al mar.

No importa qué himno cantemos,

Todos hemos caminado descalzos y con el alma al desnudo,

Entre los altibajos del llanto de la gaviota.

Hemos proferido nuestras penas y esperanzas

Al mar.

Nuestros labios bendecidos por la misma rociadura de viento salado,

Hemos acariciado memorias y arrepentimientos

Como piedras en nuestras manos que no podemos arrojar.

Pero, pero...

Todos hemos apoyado caracoles a nuestros oídos

Escucha de nuevo el eco.

Hoy, el mar sigue diciéndonos

El fin de todas nuestras dudas y miedos

Es admirar a los azules lúcidos de nuestro horizonte compartido

Para respirar, juntos,

Para sanar, juntos.

Versión original, en inglés:

"Matters of the Sea"

The sea doesn't matter,

What matters is this.

We all belong to the sea between us,

All of us.

Once and still the same child who marvels at a starfish,

Listens to hollow shells,

Sculpts dreams into impossible castles.

We've all been lovers,

Holding hands,

Strolling down either of our shores.

Our footprints,

Like a mirage ourselves,

Vanish in waves that don't know their birth

Or care on which country they break,

They break.

They bless us and return to the sea,

Home to all our silent wishes

No one is the other to the other, to the sea,

Whether unhemmed island or vast continent.

Remember our grandfathers,

Their hands dug deep

Into red or brown earth,

Planting maple or mango trees

That outlived them.

Our grandmothers,

Counting years while dusting photos of their wedding days,

Those brittle family faces still alive

On our dressers now.

Our mothers teaching us how to read in Spanish or English,

How to tie our shoes

How to gather falls colors or

Bite into a guava.

Our fathers worn by the weight of clouds,

Clocking in at factories

Or cutting sugar cane

To earn a new life for us.

My cousins and I now scouting the same skies

Above skyscrapers or farms,

Waiting for time to stop

And begin again.

When rain falls,

Washes its way to river or street

Back to the sea.

No matter what anthem we sing,

We've all walked barefoot and bare soul

Among the soar and dive of seagull's cries

We've proffered our sorrows and hopes

Up to the sea.

Our lips anointed by the same spray of salt laden wind,

We've fingered memories and regrets

Likes stones in our hands that we can't just toss.

Yet, yet

We've all cupped seashells to our ears.

Listen, again

To the echo.

Today the sea’s still telling us

The end to all our doubts and fears

Is to gaze into the lucid blues of our shared horizon,

To breathe, together,

To heal, together.

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