El torpedero cubano Alfredo Rodríguez se encuentra a un paso de las Grandes Ligas. Esta primavera puede ser la más importante de su carrera como beisbolista. Los Rojos de Cincinnati lo invitaron a su campamento con la intención de que se gane un puesto.
Ha pasado el tiempo desde que Rodríguez saliera de Cuba en 2015. Ya no tiene 20 años. Ha aprendido bastante del juego desde firmara un contrato millonario con los Reds, luego de pasar del cambio de cultura entre un país y otro, además de su recorrido de cuatro temporadas por Ligas Menores.
"Estoy muy contento por la invitación que me dio el equipo. Creo que es una oportunidad que me están dando para demostrar que yo estoy listo para jugar Grandes Ligas", dijo Rodríguez de 25 años.
Tras batear .286 (117 hits) en Doble-A y demostrar que su defensa es muy cercana al calibre "Guante de Oro", Rodríguez fue ascendido a Triple-A a finales de 2019.
Los Rojos cuentan como primera figura en el campocorto con el venezolano Freddy Galvis. Sin embargo, el nacido en San Miguel del Padrón, La Habana, puede colarse como utility o esperar por el llamado una vez iniciada la campaña.
Rodríguez ha entrenado desde su regreso de la Liga Invernal Dominicana con Yuniesky Gurriel en la ciudad de Miami. El mayor de los Gurriel, ahora avezado entrenador de bateo ha trabajado con Alfredo en algunos cambios de mécanica en el swing y la búsqueda del poder.
"Estoy muy contento con el trabajo que he realizado con Yuniesky Gurriel. El resultado va a salir pronto, yo le prometí a él que el resultado iba a salir porque el trabajo que estamos haciendo es un trabajo de Grandes Ligas".
Rodríguez nunca ha perdido la esperanza. Primero fue un jugador subestimado en Cuba. Tuvo que ir a la Isla de la Juventud para demostrar su valor en el béisbol. Allí lució inmensamente. Un campocorto elástico y seguro, veloz corredor de home a primera y también en las bases, así como un bateo de contacto oportuno.
"Gurriel me ha corregido algunas cosas que necesitaba para imponerme en el béisbol".
Por último, le pregunto si la cercanía con los terrenos de MLB no le ponen en una situación de adrenalina y nerviosismo. Sin embargo, Rodríguez ni siquiera se pone serio. Sonríe. Desde hace mucho, todo para él dentro del juego ha sido diversión.
"Estoy preparado para eso. Ya pasé por eso en Cuba. Yo creo que el juega en Cuba puede jugar en cualquier parte del mundo. Estoy ansioso por llegar para demostrar de lo que estoy hecho".
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