El pitcher espirituano Ismel Jiménez Santiago ha vuelto a calentar en el 'box', después de dos años lesionado, y espera volver para la próxima Serie Nacional. Según recoge el periódico Escambray, en 2015 el lanzador regresó de Canadá con el brazo prácticamente partido en dos. Los médicos canadienses le dijeron que había posibilidades de recuperación y tenían razón, pero no ha sido fácil.
"Estos dos años han sido como un siglo. Dejar de hacer lo que he hecho toda mi vida, ha sido una meta difícil". Aunque lo peor, reconoce, fue cuando su hijo, viendo la televisión le preguntó: "¿Papá, tu pitcheas ahí, tú vas a pitchear otra vez ahí? Mira, eso de que los hombres no lloran es un cuento".
En una entrevista concedida al diario Escambray de Sancti Spíritus, Ismel Jiménez admite que lo único positivo que ha sacado de su lesión es que le ha permitido palpar el cariño que le tiene la gente. "Cuba entera se ha preocupado por mí, incluso los del equipo de los Capitales de Quebec me han llamado para que vuelva", dice.
Aún le queda recuperación por delante. Él asegura que antes de la lesión se mantenía en forma pitcheando cada cierto tiempo, pero ahora necesita horas en el 'box'. Cree que le hace falta reforzar los movimientos, la mecánica y "enfrentarse un poco más con los bateadores".
Ismel Jiménez considera que la fractura no le hizo tanto daño como llevar tanto tiempo el yeso, porque eso le debilitó los músculos. Se los dejó como los de un "niño chiquito". "Hubo momentos en mi casa en los que me sentí solo. La mente se me cerró", apunta.
El pitcher cuenta además que cuando se lesionó, los médicos de Canadá quisieron operarlo, pero él prefirió que le pusieran un yeso y se arriesgó a viajar así a Cuba. Se fiaba más de la medicina cubana. "El húmero demoró en consolidar", señala, pero hoy está de vuelta lanzando pelotas en el 'box'.
Mucha gente le pregunta cuándo volverá a lanzar. Él no sabe la fecha ni el año, pero está convencido de que volverá. Quiere hacerlo cuando toque porque no se trata de salir y que le den un jonrón. Se trata de sacar el out que hace falta. Por eso no tiene prisa en medirse las millas que está tirando ahora.
El lanzador dice que durante estos dos años se ha mantenido alejado de la prensa porque no quería crear falsas expectativas. "Quería estar como estoy hoy: seguro de mí, de mi brazo, de que me va a responder. Como van las cosas pienso que para la próxima Serie Nacional pueda estar de abridor, caminar un juego completo. Yo quiero ganar, perder, en fin, parecerme a como yo era antes, o mejor", concluye el hombre que en su hoja de servicios, a los 31 años tiene 131 victorias y 56 derrotas.
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