Yasiel Puig fue un dolor de cabeza para el pitcheo de Arizona por segundo día consecutivo, y su contribución volvió a pesar decisivamente en el éxito de los Dodgers, esta vez de ocho anotaciones contra cinco.
Puig disparó tres imparables en cuatro visitas a la caja con un par de carreras remolcadas, para de esa manera llegar a cinco hits en nueve turnos oficiales de la postemporada, más cuatro empujadas.
Como octavo en el line up, Caballo Loco falló en el segundo episodio con rodado a tercera que impulsó a Enrique Hernández y puso el marcador 2x1 a favor de los D-Backs.
Posteriormente, en el cuarto, largó un sencillo entre el derecho y el central que repletó los ángulos, todavía a costa del abridor Robbie Ray. Y un inning más tarde se apuntó otro indiscutible –ahora ante Jorge de la Rosa- que fletó a Austin Barnes y puso la pizarra 7x2.
La faena del cienfueguero se completó con infield hit en el séptimo capítulo ante Archie Bradley.
Al concluir el desafío, el manager Dave Roberts afirmó que el cubano ha funcionado como energizante en ambos desafíos, lo mismo para el equipo que para las tribunas.
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