La Habana, 6 jun (EFE).- La prestigiosa coreógrafa británica Lea Anderson colabora hoy con Danza Contemporánea de Cuba, compañía insignia del baile moderno en la isla, en un proyecto de intercambio que tendrá su resultado más visible en septiembre con el estreno de una obra en La Habana, la primera de la artista en el país caribeño.
Considerada un icono de la danza en el Reino Unido, Anderson trabajará hasta la semana próxima con más de 40 bailarines cubanos dentro del programa "Islas Creativas", auspiciado por la oficina del British Council en la capital cubana para impulsar la comunicación cultural entre ambas naciones.
"Estaba interesada en trabajar con bailarines que tuvieran gran técnica y musicalidad, y eso se esta volviendo controversialmente difícil hoy en Europa. Los bailarines (allí) no están entrenados para tener toda esta musicalidad y técnica", explicó Anderson a Efe durante una pausa en el trabajo.
Según la artista, con más de 30 años de trayectoria en el mundo de la danza y condecorada como Miembro de la Orden del Imperio Británico (MBE), venir a Cuba ha sido refrescante, "una experiencia totalmente diferente" y un cambio "extremo" para ella, proveniente del "gris y lluvioso Londres".
Sobre el proceso creativo especificó que no vino con ideas preconcebidas porque quiso observar e interactuar primero con los bailarines, y aseguró que como considera "no estar calificada para crear una danza que tome del contexto cultural cubano" prefiere confiar en su experiencia.
Anderson señaló que tienes sus "propias ideas sobre cómo trabajar" y que disfruta mucho interactuar con bailarines con una base completamente diferente.
"Eso me sorprende. Sus respuestas a mis instrucciones son completamente inesperadas, y es maravilloso ser sorprendida. Con suerte crearemos algo que no se haya visto antes", insistió.
Calificada por la crítica especializada como irreverente, comprometida con la actualidad y siempre sorprendente, Lea Anderson, una de las coreógrafas "más accesibles", regresará a Cuba en septiembre por un periodo de tiempo más extenso, en el que montará lo que deberá ser la última versión de la obra, aún sin nombre.
"No puedo imaginar lo que pasará entre ahora y entonces, pero algo pasará", indicó Anderson, que espera ajustar detalles de la coreografía, la música y el vestuario en los próximos dos meses que pasará en Inglaterra.
Para Danza Contemporánea de Cuba (DCC) este es "un privilegio" y una "oportunidad más para el intercambio creativo", aseguró José Ernesto González, del departamento de Comunicación de la compañía, cuya historia con el British Council abarca 15 de los 20 años que lleva la organización de relaciones culturales británicas en Cuba.
El proyecto de "Islas Creativas" en específico ya tiene cuatro años y como parte de él han llegado a los salones la sede de Danza Contemporánea, en el Teatro Nacional de Cuba, nombres como Theo Clinkard y Fleur Darkin.
"Es un proyecto de creación de capacidades pero también un proyecto de intercambio. Estamos viendo que los coreógrafos siempre se llevan toda la energía, los movimientos y el arsenal artístico de los bailarines cubanos y ellos, a su vez, también absorben las herramientas que traen los británicos", subrayó.
Según González, esa "simbiosis es la que hace que después sean tan interesantes las puestas", muy bien recibidas por el conocedor público cubano. EFE
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