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Desde hoy, los ciudadanos cubanos necesitan portar un pasaporte vigente para poder ingresar al país, de acuerdo con una disposición anunciada por el régimen cubano en diciembre del año pasado y que entra en vigor oficialmente este martes 1 de abril de 2025.
La funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), Ana Teresita González Fraga, directora general de Asuntos Consulares y Atención a Cubanos Residentes en el Exterior, confirmó la implementación de la medida mediante un mensaje en la red social X (antes Twitter).
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"Tal como fue anunciado, a partir de hoy 1 de abril, los ciudadanos cubanos deberán portar su pasaporte vigente para la entrada a Cuba. Queda sin efecto lo dispuesto desde marzo de 2020, que permitía la entrada al país con pasaporte vencido", indicó.
La norma revoca una medida excepcional que estuvo en vigor durante más de cuatro años, establecida en marzo de 2020 a raíz de la pandemia de COVID-19. En ese entonces, el gobierno cubano autorizó el ingreso de nacionales con el pasaporte vencido como forma de facilitar el retorno de quienes quedaron varados fuera del país durante la emergencia sanitaria global.
Según explicó González Fraga en una declaración oficial emitida el 6 de diciembre de 2024, la decisión de poner fin a esta excepción migratoria se tomó tras considerar la normalización de los vuelos internacionales y el restablecimiento de los servicios en las oficinas consulares cubanas en el exterior, las cuales —según afirmó— están en capacidad de atender la renovación de documentos “con la celeridad que requiere”.
Con la medida ya en efecto, los ciudadanos cubanos en el extranjero que deseen ingresar al país deberán gestionar y portar un pasaporte vigente, lo que podría impactar especialmente a quienes residen en naciones donde los trámites consulares son lentos o costosos.
La entrada con pasaporte vencido ha sido una alternativa clave para miles de cubanos en estos últimos años, en medio de un contexto migratorio marcado por crisis económica, cierre de consulados y restricciones de viaje.
El fin de esta excepción migratoria supone un endurecimiento en los requisitos de entrada y podría generar nuevas dificultades para la diáspora cubana.
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