El abogado de Florida Willy Allen, experto en Inmigración, cree que los tres congresistas cubanoamericanos de Florida (María Elvira Salazar, Carlos Giménez y Mario Díaz-Balart) pueden hacer algo de manera inmediata por resolver el problema de los cubanos con I-220A que, desde la semana pasada, han empezado a ser detenidos al acudir a sus citas del ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) en el centro migratorio de Miramar (Broward).
En opinión de Allen, "está en sus manos" hacer algo, dijo en referencia a los congresistas de Florida, porque considera que la solución de los I-220A es "administrativa" y, a su juicio, depende de la "voluntad política" de la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), la también republicana Kristi Noem.
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"La secretaria de Seguridad Nacional tiene el poder para determinar que la I-220A es una entrada legal para el Ajuste Cubano y está basado en leyes y memorandos que existían anteriormente sobre la entrada de los cubanos, que exigen inspecciones y admisión. Lo pueden determinar sin problema ninguno, pero tiene que ser una decisión administrativa y los representantes cubanoamericanos pueden ejercer cierta presión para que eso ocurra", insistió en alusión a lo ajustada de la votación enlace Cámara, lo que convertiría en determinante los tres votos de la Florida.
Sin embargo, el abogado teme que la secretaria de Seguridad Nacional espere al fallo del juez que estudia una demanda sobre los I-220A, previsto para octubre, antes de tomar una decisión al respecto. Y aquí, recalca Allen, es donde pueden influir los congresistas cubanoamericanos, aunque él sospecha que ahora mismo ninguno moverá ficha por aquello de que quien se mueve con Trump no sale en la foto.
Pese a que en el pasado, en una entrevista con CiberCuba, Allen arremetió contra María Elvira Salazar por anunciar una propuesta de ley que daría estatus legal a los I-220A, el abogado ha reconocido este lunes que es la única de los tres congresistas cubanoamericanos que mantiene el foco sobre los I-220A al anunciar que presentará en el Congreso esa propuesta de ley para que se les conceda parole y puedan así acogerse a la Ley de Ajuste Cubano.
En opinión del abogado esa ley no es necesaria porque en teoría, a la Ley de Ajuste Cubano pueden acogerse todos los cubanos que son inspeccionados, entrevistados y admitidos en Estados Unidos y esto es algo que se cumple en el caso de los I-220A. Por tanto, insiste en que el problema se podría solucionar de "un plumazo", señaló en alusión a la frase empleada por María Elvira Salazar para criticar que el secretario de Seguridad Nacional de la Administración Biden, Alejandro Mayorkas, no haya solucionado ese problema de "un plumazo".
Salazar ha pedido tiempo para remediar el tema de los I-220A porque el presidente Trump acaba de llegar a la Casa Blanca y ella considera que esto quedará solucionado a lo largo de una legislatura que no ha pasado ni siquiera el umbral de los 100 días de cortesía que se dan a todos los gobernantes. Sin embargo los afectados no lo ven así debido a las detenciones (al menos 18 en la última semana) en Miramar, de cubanos con I-220A que no han cometido delitos y que tienen su cita de asilo agendada.
Willy Allen aclara que la figura migratoria de los I-220A fue instaurada durante el primer mandato de Trump por lo que no sería ningún problema buscarle encaje legal en este segundo mandato. Asimismo advierte que al igual que los venezolanos deportados este fin de semana a El Salvador, también podrían ser enviados a un tercer país los 60.000 cubanos que han cometido delitos en Estados Unidos y a los que el régimen de Díaz-Canel no acepta de regreso a la Isla.
Respecto a la pregunta más repetida de si es buen momento para viajar a Cuba a ver a la familia, Allen aconseja ser prudentes y esperar a que las aguas vuelvan a su cauce porque la Administración Trump no ha conseguido llegar a la cifra de deportaciones que tenía en mente y previsiblemente intentará cumplir con ese compromiso electoral.
A los I-220A el abogado aconseja cumplir con su cita en Inmigración, si puede ser, acompañados de abogado, porque si bien quienes acuden se arriesgan a ser detenidos, no acudir empeora la cosa. Dicho de otra forma si es arriesgado ir, ausentarse es peor. Pero en el caso de una detención, siempre, abogado mediante, se puede conseguir la libertad bajo una fianza que suele oscilar entre los 3.000 y los 12.000 dólares.
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