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La escasez de alimentos golpea con fuerza a la población cubana. En el balance anual del Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL), el primer ministro Manuel Marrero Cruz reconoció la falta de proteínas en la dieta de los cubanos, pero no anunció medidas efectivas para revertir la crisis.
"Necesitamos alimentos y, sobre todo, proteínas", afirmó Manuel Marrero. Añadió que "la comida más segura emerge de la producción nacional", pero no mencionó que es la ineficiencia estatal lo que ha causado gran parte de esta crisis alimentaria en Cuba.
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Actualmente ocho de los nueve productos de la canasta básica dependen de importaciones. Mientras los cubanos no tienen arroz ni azúcar en sus casas, los dirigentes del aparato gubernamental, bien nutridos y ajenos a las penurias del pueblo, justifican la crisis con el embargo estadounidense.
Prometen aumentar la producción, pero la realidad es desoladora
El ministro de la Industria Alimentaria, Alberto López Díaz, presentó planes para 2025 que incluyen un aumento del 26 % en los aportes al Estado y la duplicación de las producciones cooperadas.
Sin embargo, las cifras no cambian la vida cotidiana de los cubanos. El pan ha sido reducido a 60 gramos y la pesca apenas cubre la mitad de las necesidades del país.
En el balance también se hizo un llamado a fortalecer el cultivo de camarón, tilapia y clarias, pero sin inversiones ni incentivos reales, la producción sigue estancada o se destina a las exportaciones. Lo recaudado por las ventas en el mercado internacional no se nota en la economía domestica de los cubanos que están más empobrecidos.
En criterio de Marrero, "la importación de café carece de sentido", pero el país sí debe "sembrar más cacao" y detener su privatización, porque "eso es oro".
Mientras el gobierno debate dónde invertir y qué sectores priorizar, los mercados estatales están vacíos y los precios de los alimentos en el sector privado son inaccesibles para la mayoría de los trabajadores.
El régimen insiste en culpar a factores externos, pero muchos expertos alertan que el problema es interno. Décadas de centralización, desidia y falta de inversión han llevado a depender completamente de las importaciones para alimentar al pueblo.
En 2023, el gobierno reconoció el incumplimiento de una promesa hecha en 2019, sobre garantizar cada mes cinco kilogramos per cápita de proteína animal. En 2025 la situación es mucho más crítica que hace dos años, no hay carne, pescado, ni huevos en las mesas de las familias en la isla.
La retórica oficial choca con una realidad evidente: La comida escasea para la mayoría de los cubanos, pero no para la élite que administra el país.
Preguntas Frecuentes sobre la Crisis Alimentaria y Económica en Cuba
¿Por qué hay una escasez de proteínas en Cuba?
La escasez de proteínas en Cuba se debe en gran medida a la ineficiencia estatal y a la dependencia de importaciones para la mayoría de los productos de la canasta básica. A pesar de las promesas de aumentar la producción local, la falta de proteínas persiste en la dieta de los cubanos, afectando su nutrición y calidad de vida.
¿Qué medidas ha tomado el gobierno cubano para enfrentar la crisis alimentaria?
El gobierno cubano ha propuesto aumentar la producción de camarón, tilapia y clarias, y mejorar la distribución de productos básicos. Sin embargo, estas medidas carecen de inversiones y incentivos reales, lo que ha resultado en un estancamiento de la producción y una continuada escasez en los mercados estatales.
¿Cómo afecta la eliminación de subsidios a la canasta básica a los cubanos?
La eliminación de subsidios a la canasta básica representa un golpe significativo para las familias cubanas, ya que productos esenciales se vuelven inalcanzables debido a los altos precios. El gobierno ha prometido redirigir los subsidios a personas en situación de vulnerabilidad, pero no ha detallado cómo se implementará esta medida.
¿Cuáles son las principales críticas hacia el gobierno cubano en relación con la crisis alimentaria?
Las principales críticas hacia el gobierno cubano incluyen la ineficiencia en la gestión estatal, la falta de inversión en producción local y la centralización excesiva que ha generado una dependencia crónica de las importaciones. El gobierno tiende a culpar a factores externos como el embargo estadounidense, en lugar de asumir la responsabilidad de sus propias políticas fallidas.
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