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El presidente argentino Javier Milei va camino de sufrir un calvario judicial similar al que sufrió Donald Trump antes de llegar a la Casa Blanca. Cuatro dirigentes políticos de su país han presentado una denuncia penal contra él, acusándolo de "asociación ilícita", "estafa" e "incumplimiento de los deberes de funcionario público". La acusación surge tras la promoción de la criptomoneda $LIBRA, presuntamente vinculada a un esquema fraudulento.
Según el escrito judicial, la supuesta "megaestafa" habría afectado a más de 40.000 personas, con pérdidas que superarían los 4.000 millones de dólares. Milei es señalado como un actor clave en la estructura fraudulenta, junto a su círculo cercano, incluidos dos militantes de su partido y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem.
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También han sido denunciados el empresario chino Julián Peh, desarrollador de la criptomoneda a través de Kip Protocol, y Hayden Mark Davis, representante de Kelsier Ventures, y responsable de la infraestructura del proyecto.
La denuncia se basa en un tuit compartido el viernes por el presidente argentino, con 3,8 millones de seguidores en X, con el que dio su apoyo explícito a un proyecto basado en la criptomoneda $LIBRA, con la que se pretendía financiar a pequeñas empresas. Poco después de su post en la red social X (antes Twitter), ésta se desplomó. Aunque él borró el tuit, no pudo impedir que la operación se llevara por delante los ahorros de miles de personas que confiaron en él.
«No estaba interiorizado de los pormenores del proyecto y luego de haberme interiorizado decidí no seguir dándole difusión», explicó Milei también a través de X, después de haber borrado el tuit con el que apoyó el proyecto «Viva La Libertad Project», en referencia a su frase mundialmente conocida «Viva la libertad, carajo».
En esencia, la moneda estaba en manos de muy pocos hasta que el tuit de Milei disparó la compra y la criptomoneda pasó a cotizarse de 0 a 4,5 euros, alcanzando los 4.500 millones de valoración. En ese momento los tenedores originales vendieron lo que tenían y la pirámide se derrumbó, llevándose por delante el dinero de quienes confiaron en ella, animados por el presidente argentino. Esta maniobra se conoce en el mundo de las finanzas como "rug pull" (tirar de la alfombra).
No es la primera vez que Milei promociona una criptomoneda. En 2021, cuando era diputado, promocionó la plataforma CoinX, investigada por estafa, y así se lo ha recordado el senador por UCR (centro) Martín Lousteau.
Otros políticos de la oposición como Maximiliano Ferraro, de Coalición Cívica, calificaron la última intervención de Milei apoyando una criptomoneda como "maniobra especulativa" y uso indebido de "información privilegiada". Con estos argumentos ha pedido al Congreso que cree una comisión para investigar el caso.
En principio se sabe que la empresa que estaba detrás de la criptomoneda se llama Kip Protocol, de Singapur, dedicada a las finanzas descentralizadas. También ha trascendido que Milei se reunió con sus representantes: el chino Julian Peh, el argentino Mauricio Novelli y un joven estadounidense, Hayden Mark Davis. Hasta en dos ocasiones los recibió: en octubre y en enero pasado.
Tanto Peh como Novelli han asegurado que Milei no está involucrado en el proyecto que pretendía financiar pequeñas y medianas empresas con criptomonedas. En un tuit compartido en X, Hayden, el joven estadounidense y tercer desarrollador del proyecto culpa al Gobierno argentino de retirar el apoyo y provocar el hundimiento de la criptomoneda. Expertos en blockchain critican a Milei por dejarse asesorar por un "pibe" que nadie conoce en el mundillo y del que apenas hay rastro en Internet.
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