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El sacerdote cubano Alberto Reyes cuestionó al régimen castrista por haber parado la excarcelación de presos políticos sin dar ninguna explicación.
Reyes, fuerte crítico de la dictadura, recordó que el gobierno anunció el proceso como 'un gesto de buena voluntad' con la Iglesia Católica que supuestamente no tenía relación con la designación de Cuba como país patrocinador del terrorismo.
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El párroco camagüeyano, que ya criticó la decisión de liberar solo a 553 presos políticos de más de mil, apunta que cuando Cuba volvió a la lista de los patrocinadores del terrorismo, "curiosamente" se detuvo la excarcelación, en medio del silencio tanto gubernamental como eclesial.
"¿Qué pasó con el gesto de 'buena voluntad'? ¿Nadie, desde ninguna orilla, va a pedir explicaciones?", se pregunta el Padre, quien lamenta que mientras se hace silencio los presos siguen condenados y olvidados, y las causas que los llevaron a salir a las calles a protestar permanecen.
A continuación, CiberCuba comparte el texto íntegro de la publicación.
"He estado pensando… (101) por Alberto Reyes Pías
He estado pensando en la existencia del limbo
El 'limbo', fue una hipótesis teológica que se refería al lugar a donde iban los niños que no habían cometido ningún pecado pero que morían sin estar bautizados. Como hipótesis teológica, el limbo fue descartado por la Iglesia, pero como término, lo usamos hoy para referirnos al lugar o estado de las cosas que se han olvidado, o que se han echado a un lado.
Y es allí donde, al parecer, han ido a parar nuestros presos políticos.
La prensa oficial nunca habló de presos 'políticos', pero cuando anunció la excarcelación de 553 presos, todos sabíamos que se trataba fundamentalmente de ellos.
Esta excarcelación fue anunciada como 'un gesto de buena voluntad, en el marco del Jubileo anunciado por la Iglesia católica' y, por lo tanto, no relacionada, en principio, con la inclusión o exclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Bajo esta perspectiva, la confluencia de las dos noticias se presentó como mera coincidencia: Cuba salía de la lista de países patrocinadores del terrorismo y, a la vez, se anunciaba la excarcelación de los presos.
Ahora, han vuelto a confluir dos eventos que, oficialmente, no tendrían que estar relacionados entre sí. Cuba ha vuelto a ser incluida en la lista de países patrocinadores del terrorismo y, curiosamente, se ha detenido la excarcelación de los presos políticos.
Pero no solo eso, sino que se ha hecho un silencio absoluto respecto al tema, a todo nivel, tanto gubernamental como eclesial.
Es como si, de repente, nuestros presos políticos hubieran sido colocados en el limbo, ese lugar indeterminado, abstracto, en el cual se sabe cuando se entra pero donde las salidas son un misterio.
La única diferencia es que, al contrario de la idea original, donde se daba por sentado que no había pecado de por medio, a nuestros presos políticos sí se les achaca un pecado: el pecado grave de haber tenido la osadía de salir a las calles a pedir la libertad para su pueblo, el pecado de haber desmoronado a los ojos internacionales la imagen idílica de un país feliz y orgulloso de la ideología marxista leninista.
¿Qué pasó con el gesto de 'buena voluntad'? ¿Qué pasó con las buenas relaciones con el Estado del Vaticano? ¿Nadie va a decir nada? ¿Nadie, desde ninguna orilla, va a pedir explicaciones? ¿Va a ser este otro de esos momentos en los cuales se tiende un tupido velo y se vuelve al viejo método de sobreentendidos donde todos sabemos y todos callamos?
Porque, en ese caso, habrá que decirlo una y otra vez, porque mientras desciende sobre esta isla el silencio de todos, las causas que llevaron a esas personas a salir a las calles permanecen: los salarios simbólicos y el hambre real, la falta de medicamentos, la vida paralizada, la libertad maniatada, la existencia convertida en un círculo diario de lucha por la supervivencia.
Y mientras se hace silencio y la isla se hunde, sin horizonte ni esperanza, ellos, los que alzaron la voz por todos, siguen presos, condenados, maniatados, olvidados".
Preguntas frecuentes sobre la crítica de Alberto Reyes al régimen cubano y la situación de los presos políticos
¿Por qué Alberto Reyes critica al régimen cubano por detener la excarcelación de presos políticos?
Alberto Reyes critica al régimen cubano por detener la excarcelación de presos políticos sin dar explicaciones, a pesar de que se había anunciado como un gesto de buena voluntad. El sacerdote cuestiona el silencio tanto gubernamental como eclesial y denuncia que las causas de las protestas que llevaron a estos presos a la cárcel aún persisten.
¿Qué relación tiene la excarcelación de presos políticos con la designación de Cuba como país patrocinador del terrorismo?
Aunque el gobierno cubano afirmó que la excarcelación no estaba relacionada con su designación como patrocinador del terrorismo, la detención del proceso coincidió con la reincorporación de Cuba a esta lista. Esta coincidencia ha generado sospechas y críticas por parte de Alberto Reyes, quien cuestiona la sinceridad del régimen en sus acciones.
¿Cuál es la postura de Alberto Reyes sobre el encarcelamiento de presos políticos en Cuba?
Alberto Reyes considera que el encarcelamiento por motivos políticos es una violación de la libertad personal y una forma de chantaje, ya que los presos son utilizados como monedas de cambio por el régimen. También critica que no se libere a todos los presos políticos y teme que este proceso sea solo un preludio para llenar nuevamente las cárceles en caso de nuevas protestas.
¿Qué pide Alberto Reyes a la comunidad internacional y a la Iglesia sobre la situación de los presos políticos en Cuba?
Alberto Reyes espera que tanto la comunidad internacional como la Iglesia Católica alcen la voz y pidan explicaciones al régimen cubano por la detención de la excarcelación de presos políticos. El sacerdote insta a no guardar silencio y a reclamar justicia y libertad para aquellos que han sido encarcelados por expresar su deseo de cambio y libertad en Cuba.
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