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En un insólito ejercicio de cinismo, la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) denunció recientemente el robo de 2,000 litros de aceite dieléctrico de un transformador en Ciego de Ávila con un mensaje que ha generado indignación entre los cubanos: "¡No lucres con el bienestar de tu pueblo!".
Según la UNE, este acto delictivo, ocurrido el 23 de enero en el transformador de 33 kV del circuito La Piña, dejó sin servicio eléctrico a 594 clientes por más de 21 horas y requirió la movilización de recursos materiales y humanos. En sus redes sociales, la empresa estatal calificó el robo como un "sabotaje" al sistema eléctrico y celebró la captura de los responsables.
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Sin embargo, la indignación no proviene del delito en sí, sino del descaro con que la UNE se erige como defensora del "bienestar del pueblo", cuando en realidad es la principal responsable de su malestar.
La ironía es evidente: la misma institución que impone apagones interminables a millones de cubanos, que no puede garantizar un servicio básico de calidad y que es parte de un monopolio estatal ineficiente, se atreve a hablar de "bienestar".
Cuba lleva años sumida en una crisis energética que ha convertido los apagones en un tormento cotidiano.
La UNE, lejos de asumir su responsabilidad, justifica su incapacidad con excusas recicladas: "fallos técnicos", "mantenimiento programado", "falta de combustible" y, ahora, "robos de aceite". Sin embargo, el verdadero problema radica en la ineficacia de una estructura estatal incapaz de modernizar el obsoleto sistema eléctrico del país.
El mensaje de la UNE es también una muestra del doble rasero del discurso oficial. Si bien el robo de componentes eléctricos es un delito, también es cierto que muchos de estos actos delictivos son consecuencia directa de la miseria en la que el régimen ha sumido a la población.
Sin acceso a un salario digno, sin garantías de servicios públicos funcionales y sin perspectivas de mejoría, la desesperación empuja a muchos cubanos a buscar alternativas fuera de la legalidad.
Entonces, ¿de qué "bienestar" habla la UNE? En un país donde la comida escasea, los hospitales carecen de medicinas y los salarios apenas alcanzan para sobrevivir, ¿la empresa estatal pretende hacer creer que su monopolio es un servicio que le garantiza "bienestar" al pueblo?
Mientras los cubanos sufren la falta de electricidad, los burócratas del régimen disfrutan de comodidades y privilegios impensables para el ciudadano común.
Señalar a los ladrones de aceite dieléctrico como los "enemigos del pueblo" es solo una estrategia para desviar la atención del verdadero problema: un gobierno ineficiente que ha convertido la pobreza y la escasez en el estado natural de la nación.
La verdadera pregunta no es quién lucra con el bienestar del pueblo, sino: ¿qué bienestar?
Contexto adicional sobre el robo de aceite dieléctrico
El robo de aceite dieléctrico se ha convertido en una de las narrativas recurrentes del régimen para justificar los fallos del sistema eléctrico. En los últimos meses, varios reportes han documentado el crecimiento de estos incidentes:
- En septiembre de 2024, el gobierno señaló a los "ladrones de aceite de transformadores" como la nueva excusa para justificar los apagones prolongados en diversas provincias.
- A finales de ese mismo mes, se reportó el robo de 13 mil litros de aceite dieléctrico en varias provincias del país.
- En noviembre de 2024, el régimen prometió "castigar con severidad" a quienes sean sorprendidos en este tipo de delitos, reforzando la narrativa de sabotaje.
- Un mes después, se informó sobre la detención de un presunto vendedor de aceite dieléctrico en Santiago de Cuba.
- Todo empezó en junio, cuando la UNE incluyó el robo de aceite dieléctrico como una de las razones "principales" de los fallos eléctricos.
Estos eventos refuerzan la idea de que el régimen utiliza este tipo de incidentes como una distracción, sin abordar la verdadera raíz del problema: la ineficiencia estructural y la falta de inversión en el sistema eléctrico del país.
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