De los vientos de Escocia al glamour de Nueva York: La historia de Mary Anne MacLeod, madre de Donald Trump

Su hoja de vida es la de muchas mujeres inmigrantes que llegaron a Estados Unidos con poco más que un sueño y la determinación de sobrevivir. Murió en el año 2000 a los 88 años, dejando un legado de resiliencia y transformación.

Mary Anne MacLeod y Donald Trump © X/Flickr/@vanessa_lopez09/@_Gelver_ /Gage Skidmore
Mary Anne MacLeod y Donald Trump Foto © X/Flickr/@vanessa_lopez09/@_Gelver_ /Gage Skidmore

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El 11 de mayo de 1930, una joven escocesa de 18 años descendió del barco Transilvania en el puerto de Nueva York con apenas 50 dólares en el bolsillo. Su nombre era Mary Anne MacLeod y, sin saberlo, estaba a punto de iniciar un camino que la convertiría en la madre de uno de los hombres más influyentes del mundo: Donald Trump.

Originaria de Tong, un pequeño poblado en la isla de Lewis, al norte de Escocia, MacLeod creció en un entorno marcado por la tragedia y la necesidad. La Primera Guerra Mundial dejó su comunidad diezmada y muchas mujeres, sin perspectivas de futuro, emprendieron el viaje hacia Norteamérica en busca de oportunidades.


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Como muchas de ellas, Mary Anne dejó atrás una familia numerosa y un hogar humilde, pero con la firme intención de construir una nueva vida en Estados Unidos. Las ansias de triunfos impulsaron sus pasos.

Al desembarcar en Nueva York, no era una turista más, como luego se intentó presentar. Como aclara BBC, los documentos de inmigración revelan que llegó con un visado de inmigrante en busca de la residencia permanente, con la clara intención de quedarse. Su hermana Catherine la esperaba en Astoria, Queens, y su oficio registrado en la aduana era el de "doméstica".

Así comenzó su lucha en un país desconocido, donde tuvo que abrirse camino en un mundo que aún no estaba listo para las aspiraciones femeninas. Pero Mary Anne MacLeod no era una mujer común. Lejos de eso.

Inteligente y ambiciosa, supo moverse en la vibrante sociedad neoyorquina y terminó conociendo a Fred Trump, un prometedor constructor e hijo de inmigrantes alemanes. A su lado, pasó de la modestia de su juventud a vivir en una zona pletórica de glamour de Queens, rodeada de lujos y comodidades.

Sin embargo, no dejó que su rol de esposa de un magnate la definiera. Se involucró activamente en obras de caridad y fue una figura clave en numerosas iniciativas filantrópicas, dejando una huella en instituciones como el Hospital Auxiliar de Mujeres de Jamaica y la Fundación Nacional del Riñón de Nueva York.

Vale apuntar que se convirtió en ciudadana estadounidense en 1942. Al tiempo que Donald resultó el cuarto de los cinco hijos que tuvo Mary Anne con Fred, en su momento un soltero bastante anhelado en la Gran Manzana.

Su historia es la de muchas mujeres inmigrantes que llegaron a Estados Unidos con poco más que un sueño y la determinación de sobrevivir. Pero a diferencia de otras, su nombre se inscribió en la historia no solo por su legado filantrópico, sino porque su hijo, Donald Trump, llegó a ocupar la Casa Blanca en dos ocasiones.

Irónicamente, él mismo que promueve medidas restrictivas contra la inmigración, olvidando quizás que su propia madre fue una de esas inmigrantes que llegaron con lo justo, pero con el firme propósito de quedarse.

Mary Anne MacLeod murió en el año 2000 a los 88 años, dejando un legado de resiliencia y transformación. Desde los vientos fríos de Escocia hasta los salones de la alta sociedad neoyorquina, su vida fue un reflejo del sueño americano, ese mismo que hoy parece cada vez más difícil de alcanzar.

Donald Trump: un homenaje a su madre

En 2018, Donald Trump habló sobre su madre: “Aprendí mucho de mi madre. Ella fue simplemente increíble. Cálida, cariñosa, realmente inteligente, podía ser dura si tenía que serlo, pero básicamente era una persona realmente agradable”, agregó Trump a quien se le critica por su dura política antiinmigrantes.

“Mucho de lo que hice y mucho de lo que me he convertido se debe a mi madre. La extraño mucho”, concluyó Trump, el hombre que mueve los hilos de la primera potencia mundial.

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