Donald Trump ofreció un multitudinario mitin en el estadio Capital One Arena de Washington, en vísperas de su investidura como el 47.º presidente de los Estados Unidos.
Durante su discurso, abordó temas claves de su campaña y reiteró su compromiso en materia de política migratoria.
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En una de las declaraciones más contundentes de la noche, afirmó: "El lunes por la tarde, cuando se ponga el sol, la invasión de nuestras fronteras se habrá detenido y todos los intrusos ilegales, de una forma u otra, serán devueltos a sus países".
Estas palabras reflejan la postura firme que caracterizó su mandato anterior y que ahora promete intensificar en su nuevo periodo como presidente.
La referencia a "la invasión de nuestras fronteras" apunta directamente a su propuesta de endurecer las políticas migratorias y reforzar la seguridad fronteriza, temas que han dividido profundamente a la opinión pública en Estados Unidos.
Bajo el lema de "Rally de la Victoria", el evento reunió a más de 15.000 simpatizantes que celebraron el retorno de Trump a la Casa Blanca.
Entre los asistentes destacados figuraron personalidades del entretenimiento como el cantante puertorriqueño Anuel AA, el músico Kid Rock, el actor Jon Voight y el empresario Elon Musk, quienes expresaron públicamente su apoyo al líder republicano.
El evento también sirvió como un espacio para celebrar lo que sus seguidores consideran una victoria histórica, marcada por el regreso de un líder que promete restaurar lo que define como "los valores fundamentales de América".
Trump agradeció a sus simpatizantes por su lealtad y los instó a mantenerse activos en la defensa de sus principios. El republicano busca consolidar su base de apoyo mientras traza el camino hacia un nuevo periodo presidencial que promete ser tan polémico como el anterior.
Cambios drásticos en las políticas migratorias de EE.UU.
Desde que Donald Trump estaba en campaña por la presidencia, sus políticas contra la inmigración ilegal han generado controversia dentro y fuera de Estados Unidos.
El 21 de enero, tan solo un día después de tomar posesión, su administración planea ejecutar arrestos masivos de inmigrantes indocumentados en ciudades clave como Chicago, enfocándose especialmente en personas con antecedentes delictivos.
Estas redadas forman parte de un plan más amplio que incluye reactivar el Título 42 y eliminar herramientas como la aplicación CBP One, utilizada para gestionar citas migratorias.
Además, la estrategia del presidente electo contempla reinstaurar el programa "Permanecer en México", lo que ha despertado críticas sobre posibles violaciones a los derechos humanos.
Entre las propuestas más controvertidas se encuentra el uso de herramientas legales y presión económica para obligar a países como Cuba, Nicaragua y China a aceptar la deportación de sus ciudadanos.
Amparado en la Sección 243(d) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, Trump podría suspender la emisión de visas a los ciudadanos de países que no cooperen con las deportaciones.
Estas medidas forman parte del Proyecto 2025, diseñado para reforzar la seguridad fronteriza y reducir la inmigración ilegal, aunque a costa de generar tensiones diplomáticas significativas.
En una entrevista reciente, el presidente defendió su enfoque directo hacia las deportaciones masivas, declarando que no hay otra opción frente a la criminalidad de ciertos inmigrantes.
Aunque mencionó su interés en fomentar la entrada legal de personas y empresas dispuestas a contribuir al país, su énfasis en priorizar la seguridad fronteriza ha sido recibido con reacciones a favor y en contra, especialmente por las comunidades inmigrantes que temen un endurecimiento aún mayor de las políticas migratorias.
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