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El reciente acuerdo entre el gobierno cubano y el Club de París, alcanzado el 17 de enero de 2025, representa apenas el 16,2 % de la deuda total de la isla, estimada en 28,500 millones de dólares al finalizar 2023.
Aunque este refinanciamiento proporciona un alivio temporal, la magnitud de la deuda total sigue siendo un desafío crucial para la economía cubana, que enfrenta una profunda crisis y aumenta su mala reputación entre acreedores y socios internacionales.
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Según el economista cubano Pedro Monreal, la deuda renegociada con el Club de París, que ascendía a 4,620 millones de dólares a finales del año pasado, es solo una fracción del compromiso financiero total de la isla, que incluye tanto la deuda oficial como la privada.
A pesar de su tamaño relativo, este acuerdo es clave para mitigar temporalmente el impago de la deuda soberana, un factor que influye directamente en el "riesgo país" de Cuba y su acceso a financiamiento internacional.
El contexto de la deuda cubana con el Club de París
Cuba ha mantenido históricamente una relación compleja con el Club de París, un grupo conformado por 14 países acreedores, entre ellos Francia, España, Japón y el Reino Unido.
En 2015, la isla logró una importante condonación de su deuda, reduciendo un pasivo de 11,100 millones de dólares a 2,600 millones, con un esquema de pagos escalonado hasta 2033. Sin embargo, la persistente crisis económica ha dificultado el cumplimiento de estos compromisos, lo que llevó a renegociaciones en 2021 y 2025.
El acuerdo más reciente, firmado en París por el viceprimer ministro Ricardo Cabrisas y representantes del Club de París, modifica los términos establecidos anteriormente en un intento por aliviar la presión financiera sobre la isla.
Durante la reunión, la delegación cubana expuso la compleja situación económica del país, marcada por la contracción del PIB, la escasez de divisas y el impacto prolongado de la crisis postpandemia, así como las sanciones estadounidenses.
Repercusiones económicas y financieras
Si bien el refinanciamiento con el Club de París proporciona un respiro a corto plazo, la deuda global de Cuba continúa siendo una carga insostenible.
La entidad de análisis The Economist Intelligence Unit (EIU) estimó que la deuda total del país cerraría 2024 en 28,700 millones de dólares, una cifra que, según expertos, limita severamente las posibilidades de recuperación económica.
Cuba enfrenta además dificultades para acceder a nuevos financiamientos debido a su historial de impagos y la falta de transparencia en sus cuentas públicas.
La reestructuración de la deuda con el Club de París podría mejorar temporalmente la percepción de riesgo, pero no resuelve los problemas estructurales de la economía cubana, que sigue dependiendo de fuentes externas de financiamiento y remesas.
Los desafíos a futuro
El gobierno cubano ha apostado por una estrategia de renegociación constante de su deuda externa, en un intento por ganar tiempo ante la falta de liquidez.
Sin embargo, economistas advierten que sin reformas estructurales profundas que incentiven la inversión extranjera, aumenten la productividad y diversifiquen las fuentes de ingresos, la isla continuará atrapada en un ciclo de endeudamiento y reestructuración.
En este contexto, el nuevo acuerdo con el Club de París es visto como una solución temporal que no aborda las causas fundamentales de la crisis económica cubana. El país sigue enfrentando un déficit fiscal creciente, una inflación descontrolada y una caída en la producción de sectores clave como el turismo y la agricultura.
En conclusión, aunque el acuerdo con el Club de París representa una medida positiva para evitar el colapso financiero inmediato, la deuda total de Cuba sigue siendo un problema de gran magnitud.
La sostenibilidad económica de la isla dependerá de su capacidad para generar ingresos propios y de la implementación de políticas que fomenten el crecimiento y la estabilidad a largo plazo, con la credibilidad suficiente para que les abran las puertas a la financiación de entidades internacionales públicas y privadas.
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