El zar de la frontera en EE.UU. revela nuevos datos sobre plan de deportaciones masivas de Trump

El ambicioso plan de deportación masiva enfrenta retos logísticos, políticos y éticos que podrían poner en jaque su viabilidad.


Tom Homan, nombrado como nuevo "zar de la frontera" en Estados Unidos y conocido por su dura postura frente a la inmigración ilegal, reiteró en recientes declaraciones a CNN que las deportaciones masivas comenzarán desde el “primer día” del nuevo gobierno, aunque enumeró algunos inconvenientes que presenta el proyecto.

Homan admitió que la ambiciosa promesa enfrenta retos logísticos y políticos insoslayables.


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Uno de los mayores obstáculos que enfrenta el plan de deportaciones masivas es la falta de infraestructura para albergar a los inmigrantes detenidos.

El alto cargo estadounidense detalló que necesitará un mínimo de 100,000 camas diarias, más del doble de la capacidad actual del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que oscila entre 38,000 y 40,000 camas.

La administración entrante también dependerá de un aumento significativo en el número de agentes y recursos financieros.

Homan subrayó que la aprobación de esos fondos dependerá del Congreso, lo que introduce un factor de incertidumbre, dado el equilibrio de poder entre republicanos y demócratas en ambas cámaras.

Además de infraestructura física, el gobierno necesitará acelerar los procesos judiciales migratorios.

Actualmente, los tribunales de inmigración enfrentan un rezago significativo, lo que podría dificultar la implementación rápida de las deportaciones masivas prometidas.

Dependencia del Congreso: Un escollo político

Aunque los republicanos controlan el Congreso, no tienen mayoría suficiente para aprobar leyes sin el apoyo de los demócratas.

En la Cámara de Representantes se necesitan 218 votos para aprobar cualquier medida, mientras que los republicanos cuentan con 220.

En el Senado, donde la mayoría absoluta requiere 60 votos, los republicanos sólo tienen 53.

Esto implica que cualquier solicitud de fondos para implementar el plan migratorio deberá ser negociada en términos bipartidistas.

Homan reconoció esta realidad en su entrevista con CNN, señalando que aún no está claro cuánta financiación adicional buscará la administración de Trump.

Sin embargo, el tiempo juega en su contra: Sin un presupuesto adecuado, las promesas de deportaciones masivas podrían quedarse en palabras.

Conflictos éticos y legales

El plan de Homan también enfrenta serias críticas en el ámbito ético y legal. Una de las propuestas más controvertidas es la deportación de padres indocumentados cuyos hijos son ciudadanos estadounidenses.

“La decisión sobre qué hacer con los niños es de los padres”, afirmó Homan, dejando en claro que tener hijos nacidos en el país no eximirá a los inmigrantes de ser deportados.

Esta postura ha generado preocupación entre grupos de derechos humanos, que advierten sobre el impacto devastador en las familias.

Además, el uso de la Guardia Nacional para tareas de apoyo logístico, como el traslado de detenidos, también ha sido criticado por su potencial de militarizar la gestión migratoria.

Ciudades santuario y tensiones federales

Las ciudades santuario, que limitan la cooperación con el gobierno federal en la aplicación de leyes migratorias, representan otro obstáculo significativo.

Estas ciudades obligarán a los agentes de ICE a realizar operativos en vecindarios, lo que podría aumentar la tensión entre las comunidades inmigrantes y las autoridades.

Además, las redadas en lugares de trabajo y zonas sensibles, como iglesias y hospitales, podrían generar rechazo público y críticas generalizadas.

¿Promesas vacías o una nueva era migratoria?

El Proyecto 2025, elaborado por más de 170 líderes conservadores y que sirve como guía para la nueva administración, detalla las metas presupuestarias y legislativas necesarias para implementar el plan de deportaciones masivas.

Sin embargo, las recomendaciones, como triplicar el espacio de detención y aumentar significativamente el número de agentes, dependen de un nivel de financiación que parece inalcanzable a corto plazo.

El plan de deportaciones masivas de la administración Trump es, sin duda, ambicioso, pero enfrenta retos monumentales en los ámbitos logístico, político y humano.

Aunque Tom Homan asegura que estará listo para actuar desde el primer día, la realidad es que la implementación efectiva de estas políticas dependerá de factores que escapan a su control, como el apoyo del Congreso y la opinión pública.

Mientras tanto, millones de inmigrantes viven con incertidumbre, esperando el desenlace de un plan que podría cambiar el rostro de la política migratoria de Estados Unidos.

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