El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que utilizará todas las herramientas legales a su disposición para llevar a cabo lo que promete ser la mayor deportación en la historia del país.
Entre estas medidas destaca la posible eliminación de visados a los países que no acepten recibir a sus ciudadanos deportados, una estrategia que podría alterar significativamente la política migratoria y las relaciones diplomáticas internacionales.
Ley de Inmigración como herramienta de presión
Trump planea valerse de la Sección 243 (d) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA), que permite al gobierno suspender la emisión de visados a los ciudadanos de países que "denieguen o retrasen injustificadamente" la aceptación de deportados.
Según este apartado, el Secretario de Estado estaría facultado para ordenar a los funcionarios consulares la interrupción de la concesión de visados, incluidos los de inmigrantes y no inmigrantes.
El documento Proyecto 2025, que reúne las políticas ultraconservadoras que podrían guiar la próxima administración, respalda esta estrategia y detalla cómo implementar la ley para garantizar la cooperación internacional.
“La aplicación a rajatabla de esta ley demostrará una seriedad hasta ahora inexistente en cuanto a que otras naciones deben respetar las leyes de inmigración estadounidenses”, señala el texto.
Impacto en los visados y países afectados
La estrategia podría tener consecuencias drásticas, dado que Estados Unidos expidió en el año fiscal 2024 un récord de 11,5 millones de visas, una cifra que incluye visados de inmigrantes (para residencia permanente) y no inmigrantes (turismo, trabajo temporal, estudiantes, entre otros).
Entre los países más afectados podrían estar Cuba, Nicaragua, Venezuela, China, Rusia e India, naciones que históricamente han mostrado resistencia a aceptar deportados de Estados Unidos.
En algunos casos, como el de Cuba, la cooperación es limitada: aunque existen acuerdos migratorios, el régimen cubano controla la cantidad y las condiciones de las deportaciones.
Desde abril de 2023 solo se realiza un vuelos mensual de deportación, lo que ha llevado a la repatriación de menos de mil personas en total en más de un año y medio.
Otras tácticas de presión
La cancelación de visados no es la única herramienta de presión que Trump contempla.
Durante su primera presidencia, utilizó aranceles para presionar a México y Canadá en temas de inmigración, una táctica que podría reaparecer en esta nueva etapa.
Además, el presidente electo ha insinuado el uso de medidas extremas, como la construcción de campos de detención, redadas masivas en lugares de trabajo y el despliegue de fuerzas militares en la frontera.
Cifras récord de emisión de visados
El sistema de visados de Estados Unidos ha mostrado un crecimiento constante en los últimos años. En el año fiscal 2024 se procesaron 11,5 millones de visados, superando los 11 millones del año fiscal 2023.
Este incremento se hace aún más notable al compararlo con los 8,7 millones de visados gestionados en 2022; los 6,7 millones en 2021 y los 4,9 millones en 2020.
Estos datos reflejan una tendencia ascendente en la emisión de visados, marcando una recuperación significativa tras los años más críticos de la pandemia.
Entre los países con mayor número de visados emitidos se encuentran México, India, Brasil, Colombia y China, destacando que dos de ellos -India y China- se han mostrado reticentes a aceptar deportaciones.
Un panorama de incertidumbre
La implementación de estas medidas podría alterar la dinámica internacional en materia de migración.
Tom Homan, futuro encargado de las deportaciones bajo la administración Trump, reconoció las dificultades del proceso.
“No podemos simplemente ponerlos en un avión... hay un proceso que debemos seguir”, dijo.
Con esta estrategia, Trump no solo busca cumplir su promesa de campaña de deportar a 11 millones de personas, sino también ejercer presión diplomática a través del control migratorio, posicionando a Estados Unidos como un actor más rígido en la política internacional de visados.
Sin embargo, queda por ver cómo reaccionarán los países afectados ante estas medidas, que podrían redefinir las relaciones bilaterales en los próximos años.
Preguntas frecuentes sobre el plan de deportaciones masivas de Donald Trump
¿Qué medidas contempla Donald Trump en su plan de deportaciones masivas?
Donald Trump ha anunciado un plan que incluye la cancelación de visados a países que no cooperen con la aceptación de sus ciudadanos deportados, uso de aranceles como herramienta de presión, construcción de campos de detención y redadas masivas en lugares de trabajo. El plan también contempla el despliegue de fuerzas militares en la frontera.
¿Qué países podrían verse más afectados por la suspensión de visados?
Entre los países más afectados podrían estar Cuba, Nicaragua, Venezuela, China, Rusia e India, debido a su resistencia histórica a aceptar deportados de Estados Unidos. En particular, Cuba enfrenta limitaciones en la cooperación, con solo un vuelo mensual de deportación desde abril de 2023.
¿Qué impacto podría tener la eliminación del parole humanitario en los inmigrantes?
La eliminación del parole humanitario afectaría a inmigrantes de países como Cuba, Haití, Venezuela y Nicaragua, que llegaron legalmente a Estados Unidos bajo este programa. Podrían ser elegibles para la deportación si no han regularizado su estatus a través de asilo u otros medios.
¿Qué dicen las encuestas sobre la opinión pública respecto al plan de Trump?
Según una encuesta de Reuters/Ipsos, la inmigración es considerada el principal desafío para Trump, con un 25% de los encuestados señalando su importancia. Un 82% considera probable que Trump implemente deportaciones masivas, destacándose una marcada división entre demócratas y republicanos sobre el tema.
¿Cuáles son las implicaciones internacionales de este plan de deportaciones?
El plan de deportaciones masivas podría alterar significativamente las relaciones diplomáticas con los países afectados. La estrategia de presión a través del control migratorio busca posicionar a Estados Unidos como un actor más rígido en la política internacional de visados.
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