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Se hace llamar León, aunque responde a las siglas de L.P.P.M., tiene en torno a 60 años y no es un desconocido para la prensa española ni para la Policía, que le seguía la pista al menos desde 2020 por 'okupar' chalets de lujo en Marbella y Estepona, municipios de la provincia andaluza de Málaga frecuentados por turistas de alto standing.
Finalmente en octubre pasado, León fue expulsado de España, pero se ha librado de ser deportado a Cuba, donde nació, porque tiene asilo político en Chequia y este país europeo se ha abierto a recibirlo a pesar de su treintena de antecedentes penales.
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León llevaba años aprovechándose de las leyes españolas que impiden desahuciar a una persona que se mete a vivir en una casa que no es suya si dentro de la vivienda hay mujeres embarazadas o menores de edad. Pues bien, este cubano okupaba villas de lujo en Marbella y Estepona que luego alquilaba a narcotraficantes para que las usaran como almacenes de combustible para las narcolanchas que llevan la droga a España desde el norte de África.
Su buena estrella le abandonó el 12 de agosto pasado después de que un británico de 43 años matara de un disparo a un ciudadano con pasaporte belga, que resultó ser falso ya que en realidad se trataba de un serbio de 36 años, relacionado con organizaciones criminales de los Balcanes. Ocurrió en uno de los after hours que León organizaba, con DJ incluido, en el sótano de la lujosa casa que tenía 'okupada' en Estepona (Málaga). Allí se reunían continuamente jóvenes con ganas de fiesta, para disgusto de los vecinos de estas zonas exclusivas a los que en alguna ocasión el cubano llegó a amenazar con "un machete cortacocos", según publica el diario español El Confidencial.
Sin embargo, pese al rosario de antecedentes penales que cargaba a su espalda, España no podía expulsarlo al tener concedido el asilo político en un país de la Unión Europea.
La Policía concluye que León era un "okupa profesional", que tenía gente que trabajaba para él, recopilando datos de casas vacías, listas para ser 'okupadas'. El chalet donde fue detenido es propiedad de un fondo de inversión y León estaba instalado allí con tres mujeres que ejercían la prostitución.
Sin embargo, tras el asesinato que tuvo lugar este verano, los agentes de la Policía cerraron el cerco en torno a León, que llegó incluso a confesar a la prensa española que vivía "por la gracia de Dios"; lo llevaron al aeropuerto Madrid-Barajas y lo enviaron de vuelta a Chequia.
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