El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, rodeado por una fuerte escolta y gran despliegue militar, visitó este miércoles el municipio de Imías, en Guantánamo, donde se dirigió a la población y advirtió que, entre los daños causados por el huracán Oscar, la recuperación de las viviendas será la más demorada.
Díaz-Canel conoció que en Imías los daños a la vivienda incluyen 54 derrumbes totales, 98 derrumbes parciales, 15 techos completamente destruidos y 218 techos con afectaciones parciales.
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Tras recibir la información, el gobernante esbozó un plan de recuperación que prioriza la reparación de techos parciales antes que los totales, con la intención de “resolver los problemas más urgentes” de forma rápida.
“Avanzamos en los derrumbes totales y parciales, levantando primero las paredes, para que cuando terminemos los techos ya tengamos la posibilidad de completar las viviendas”, mencionó, apelando a la colaboración de las familias afectadas, como si la carga principal recayera en la población y no en el gobierno.
Díaz-Canel también intentó resaltar la ayuda recibida, mencionando que “ha habido mucha solidaridad internacional y desde el país, con muchas personas recogiendo y enviando donaciones para todos ustedes. Creo que Guantánamo y sus habitantes han sentido ese apoyo del resto de Cuba y de varios países a nivel mundial”.
No obstante, esta declaración contrasta con la realidad de una gestión estatal que parece depender más de la caridad que de soluciones efectivas.
Delante de la población que ha perdido gran parte de sus pertenencias, el gobernante presumió que se ha logrado restablecer parcialmente la comunicación y comenzar algunas tareas de reparación vial, aunque reconoció que las soluciones permanentes siguen pendientes.
Resaltó que han recibido respaldo en la provisión de alimentos y medicamentos, y que han comenzado a llegar los primeros materiales de ayuda para los damnificados por los daños a sus viviendas.
Además, informó que la situación del suministro de agua, que había sido crítica, se ha estabilizado, con más del 97% de cobertura restablecida en el municipio.
Aprovechó también para reiterar el mensaje de que “la revolución no deja solo a nadie” y pidió a la población que continúe participando activamente en las tareas de reconstrucción y supervisión de las acciones del gobierno.
“Lo más importante es que ustedes también participen en todo lo que se haga, apoyando y controlando”, enfatizó, aludiendo al “control popular” como parte del proceso de recuperación.
Sin embargo, su declaración de que “todo lo que hagamos en la recuperación nos quede mejor que como estaba antes” genera dudas entre los afectados, considerando que muchas personas se sintieron desamparadas ante el paso del huracán Oscar por Guantánamo.
Tres días después de que el ciclón azotara la provincia de Guantánamo, Díaz-Canel llegó asegurando que "ningún cubano ha sido abandonado" a su suerte en este desastre natural.
"Toda Cuba está en función de ustedes. (...) Tengan la certeza de que no están solos, ni abandonados", dijo el gobernante a la población guantanamera.
Sin embargo, a su paso por Baracoa, Díaz-Canel fue desmentido por la población que le gritó a la cara que ni agua tenían para tomar.
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