Nelva Ortega, esposa del líder opositor cubano José Daniel Ferrer, se manifestó el pasado 4 de octubre, a las seis y media, bajo la lluvia, a las afueras de la prisión Mar Verde, de Santiago de Cuba, donde su marido cumple condena, después de recibir una carta suya en la que le aseguraba que no le habían entregado las cartas anteriores que le había mandado su familia y que si seguía sin noticias de ellos, no aceptaría los alimentos que le hacen llegar e iniciaría, una vez más, una huelga de hambre.
"Imagínense la preocupación que nos invadió: No podíamos irnos sin respuesta alguna. No nos quedaban alimentos y allí no hay transporte a esa hora. El teniente coronel Ortiz, jefe de orden interior, fue el que recibió la jaba, y con una supuesta enfermera envió una carta escrita por mi esposo, a las 16.57 horas, dando respuesta a la escrita ese día por nosotros. Sin dudas, ellos siguen demostrando el chantaje y la manipulación de la situación de mi esposo. En la nota, él expone su amor y preocupación por la familia; su agradecimiento y gratitud a la Unión Europea y a todos los amigos solidarios preocupados por su causa, y que sería genial lo del Premio Sajárov".
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Según explica Ortega, el arzobispo de Santiago de Cuba, monseñor Dionisio García, visitó a José Daniel Ferrer en septiembre y éste le comentó que desde hace más de un mes presenta "un fuerte dolor en el brazo derecho, indicando un desgarro en el tríceps", que le provoca limitaciones de movimientos y le obliga a escribir con dificultad y lentitud.
Nelva Ortega asegura, además, que el arzobispo ha visitado en cuatro ocasiones a Ferrer y denuncia la intervención de las llamadas telefónicas que ella tenía cuando hablaba con su marido. "Desde que le vimos en familia el 7 de marzo de 2023 solo en cinco ocasiones nos han dado fe de vida", señaló la esposa del líder opositor cubano, que lamenta que el niño pequeño que ambos tienen en común no ve a su padre desde junio de 2023.
"Ha sido muy duro porque no sólo ha repercutido en la escuela, al estar triste, desconcentrarse luego de las negativas a la visitas, a pesar de que es muy inteligente. También ha repercutido en su salud. Ha vuelto a orinarse en la cama después de la última visita de septiembre en la que vio a los represores, el jefe de la prisión, teniente coronel Vladimir Pinera Guerra, y al mayor Julio Fonseca, que fueron quienes dieron una golpiza el pasado 9 de diciembre de 2022 a mi marido", señala Ortega.
El viernes pasado, Nelva Ortega se dirigió a la prisión de Mar Verde, acompañada de su hijo de cinco años Daniel José Ferrer y su hijastra, Fátima Victoria Ferrer, con la intención de ver a su marido durante la visita familiar reglamentaria y, como publicó CiberCuba, una vez más les negaron ese derecho.
"Sólo aceptaron el depósito de la jaba con los alimentos y con productos de higiene a causa de sus convicciones y patriotismo", señaló Ortega, en un audio al que ha tenido acceso este portal.
"No les ha bastado privarle de su libertad desde su injusta, arbitraria y violenta detención, el pasado 11 de julio de 2021, para evitar que se uniera y participara en las masivas protestas que tuvieron lugar en toda la Isla y de su secuestro en la misma prisión el 14 de agosto de ese año", recordó la esposa del líder opositor.
Ortega añade que su esposo está recluido en una celda de castigo "preparada tecnológicamente para torturarle; aislado de la comunidad penal y con acceso muy limitado al mundo exterior, incluso, para tomar el sol. Bajo condiciones inhumanas, crueles, deplorables y degradantes; siendo víctima de maltratos y de violencia tanto física como psicológica, así como de difamación ante los medios oficialistas del régimen sin darle derecho a defenderse".
Como viene haciendo mes tras mes, Nelva Ortega ha vuelto a denunciar que su esposo no tiene acceso a una alimentación digna; que bebe agua no potable que apenas le alcanza, carece de atención médica y estomatológica y vive "con la sola compañía de los mosquitos". Asimismo reitero que lo están matando en vida.
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