“Después de perdido el barco, todos pilotos”: el refrán aplica para el gobierno de Miguel Díaz-Canel y sus ministros que, en estos días, después de haber hundido al país con sus fallidas políticas, buscan traspasar la responsabilidad a los dirigentes locales y fungibles.
Así quedó claro para los directivos que cursan preparación en la Escuela Superior de Cuadros del Estado y del Gobierno, cuando este lunes el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, les arengó sobre la “responsabilidad de los cuadros en la conducción del proceso de implementación de las Proyecciones de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía”.
“Al detallar el avance en el cumplimiento de los ocho objetivos de este plan de acciones, el primer ministro insistió en la necesidad de fortalecer la gestión de los cuadros, cuyo desempeño siempre marca la diferencia. En ese sentido, llamó a elevar la preparación, así como la exigencia, la disciplina y el control”, reseñó Cubadebate.
Según el medio oficialista, Marrero Cruz enfatizó en la importancia de la información y del conocimiento para la toma de decisiones. Sin ápice de rubor, pidió valorar la formación de los cuadros para identificar qué más se puede hacer en ese sentido. “Empezando por revisarnos nosotros mismos”, añadió.
“Todo lo aprendido aquí hay que implementarlo en el ámbito de acción de cada cual, en pos de resultados más eficientes”, pidió Marrero Cruz a los llamados “cuadros” (dirigentes del régimen totalitario).
No pudo faltar en el discurso del primer ministro referencias al “actual escenario de economía de guerra”, en el cual “el liderazgo de los cuadros resulta determinante para superar las insuficiencias internas, desterrar la desmotivación y buscar soluciones a los problemas, en constante intercambio con el pueblo”.
La aplicación de la ciencia y la innovación, la transformación digital y la comunicación social, directrices que, según el Dr. Díaz-Canel, constituyen los pilares de la gestión de su gobierno, también fueron traídas a cuento por Marrero Cruz, a quien Palacio le ha asignado la tarea de “poner el ventilador” y esparcir las heces o responsabilidades que no quieren asumir los mandamases palaciegos.
Marrero Cruz, el "azote" de los dirigentes de poca monta
En fechas recientes, Marrero Cruz reclamó más “concentración” a los dirigentes cubanos para llevar adelante la “implementación de las acciones aprobadas con el propósito de respaldar las Proyecciones de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía”.
Así lo expresó durante la reunión del Consejo de Ministros correspondiente al mes de septiembre, en la que el jefe de gobierno del régimen cubano hizo énfasis en la “responsabilidad” de los funcionarios y dirigentes locales en el proceso y los resultados que el gobierno central espera obtener de sus estrategias y “proyecciones”.
“En medio de toda esta realidad… de la falta de combustible, la falta de divisas, la falta de energía eléctrica… En medio de todo ello, conviven innumerables asuntos subjetivos que no acabamos de resolver. Nosotros tenemos que concentrarnos, ante tantas dificultades objetivas, en irle arriba a los problemas subjetivos”, dijo el primer ministro.
Acorde a la reseña de la reunión realizada por Cubadebate, Marrero Cruz insistió en que “lo primero que tenemos que hacer es concentrarnos en resolver todo aquello que esté a nuestro alcance, porque hay mucha chapucería y hay muchos temas que sí dependen de nosotros, y que no los estamos enfrentando por falta de exigencia”.
“Hay que irle arriba a los problemas subjetivos y cada cual en su ámbito, en las tareas que le corresponde y dirige, pero también a nivel de la comunidad, que es donde primero se resuelven los problemas”, resaltó.
El régimen cubano insiste en que los indicadores de la macroeconomía muestran “discretos avances”, pero reprocha a los actores locales de su entramado de poder que esos supuestos avances “todavía no llegan a la economía familiar”.
A finales de septiembre, Marrero Cruz extendió la sombra de la sospecha sobre la gestión de dirigentes del régimen, a los que acusó de “chapuceros” y de mantener una actitud carente de sensibilidad hacia los problemas que preocupan a la población.
“Lo primero con lo que tenemos que acabar es con la chapucería y la burocracia. Incluso hay algún que otro dirigente en las instituciones que no tienen esa sensibilidad que se requiere en tiempos como estos, para poder hablar con el pueblo. Y también los hay que tienen miedo a sentarse aquí a escuchar y que le digan a la cara las cosas que hay que decirle. Eso tenemos que resolverlo”, dijo el primer ministro en Gibara, donde se reunió con pobladores a los que dice representar desde su escaño en la Asamblea Nacional del Poder Popular.
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