Los congresistas cubanoamericanos Carlos Giménez y María Elvira Salazar reaccionaron indignados a la entrada a EE.UU. de Juan Carlos Santana Novoa, viceministro de Trabajo y Seguridad Social de Cuba, quien pidió asilo político este lunes en la frontera de Nogales, en Arizona, y se encuentra en libertad, con fecha para presentarse en corte agosto de 2026.
"Esto es un desastre, la frontera es un desastre", sentenció Giménez en declaraciones al periodista Daniel Benítez para Univision.
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"Las razones no las sé. Se tiene que investigar, tendremos que mandar otra carta al secretario Mayorkas para preguntar por qué entró esta persona", añadió.
También reaccionó indignada la congresista María Elvira Salazar, quien lamentó que no haya escogido otro país más afín a su ideología para emigrar.
"En vez de buscar refugio en Venezuela, Nicaragua o Corea del norte, los defensores del comunismo cubano le tocan la puerta al imperio capitalista y lamentablemente la administración Biden-Harris los deja entrar", indicó en una declaración escrita enviada al citado medio de prensa.
"Es definitivamente un fallo a la hora de investigar a estas personas, pero la esperanza es que cuando se presente a su aplicación o cuando se vaya a presentar ante la corte, el juez determine que son inadmisibles en Estados Unidos y se les envíe de regreso de donde vienen", sentenció sobre el caso el abogado Jesús Novo.
A finales de agosto un total de tres congresistas y dos senadores republicanos, cuatro de ellos cubanoamericanos, enviaron ya una carta conjunta al Secretario de Estado, Antony Blinken, y al Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, pidiendo que se evaluara en ese caso se se había seguido la ley al permitir la entrada a EE.UU. del exdirigente castrista Manuel Menéndez Castellanos, otro de "los colados", y pidieron que, en caso de confirmarse que se violaron disposiciones legales, se actuara en consecuencia.
Los firmantes del documento fueron los congresistas republicanos María Elvira Salazar, Mario Díaz Balart y Carlos Giménez; y los senadores Marco Rubio y Rick Scott.
Juan Carlos Santana Novoa, el viceministro en fuga
La noticia del arribo del viceministro Santana Novoa fue dada a conocer por Mario J. Pentón a partir de fuentes anónimas del gobierno, así como de inmigrantes que compartieron con el alto dirigente sin saber quién era en realidad.
“Nosotros no teníamos idea de quién era ese hombre hasta el momento en el que llegamos a la frontera y lo llamaron por su nombre. Éramos ocho cubanos en el grupo. Él estaba en Tamaulipas y nos pidió unirnos para hacer la cita de CBP One”, dijo en declaraciones a Martí Noticias una de las migrantes que acompañaban al viceministro.
Otra de las entrevistadas dijo que siempre estaban bromeando con él porque le decían “que parecía un dirigente cubano”, algo que resultó ser cierto.
También trascendió que Santos Novoa ya había perdido una cita de CBP One por estar en Cuba.
Los integrantes del grupo de viaje del viceministro aseguran que él fue la única persona aceptada para entrar a Estados Unidos, pues al resto les dijeron que su cita no era en ese puerto.
Una publicación en Facebook de la Embajada de Cuba en México fechada el 4 de septiembre reveló que el viceministro de Trabajo y Seguridad Social de Cuba intervino ese día en el panel titulado "Reformas Estructurales y Longevidad" de la I Cumbre Técnica de las Comisiones Americanas de Seguridad Social, celebrado en Ciudad México.
Santana Novoa es graduado de Economía y sobre él las búsquedas en Google arrojan -misteriosamente- una escueta lista de resultados.
Fue nombrado viceministro de Trabajo y Seguridad Social el 11 de enero de 2022, según figura en la página oficial de la entidad.
El gobierno cubano continúa sin pronunciar sobre lo ocurrido con el alto cargo castrista, quien se suma a una creciente fuga de dirigentes, exdirigentes, jueces, fiscales y otras figuras asociadas al gobierno que han puesto rumbo a Estados Unidos por las más diversas vías.
Lo dramático es que hay miles de ciudadanos de la isla en EE.UU. que atraviesan un limbo migratorio y muchos de ellos se encuentran hasta bajo un inmerecido peligro de deportación.
En agosto el Instituto Patmos, con sede en Washington, criticó lo que calificó de alarmante el aumento de la entrada a EE.UU. de “responsables del sistema comunista en Cuba”, algo que contrasta con muchos casos de víctimas en la isla que no tienen acceso a un programa de refugiados, porque está detenido desde hace años.
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