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La contienda electoral entre Donald Trump y Kamala Harris ha capturado la atención de los votantes estadounidenses y la opinión pública mundial, presentándose como una de las más reñidas del siglo.
Mientras los sondeos muestran un empate técnico y un panorama electoral volátil, la competencia entre ambos candidatos ha sido descrita como la más cerrada en los últimos 60 años, similar a la histórica elección de 1960, que enfrentó a John F. Kennedy y Richard Nixon.
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Según una reciente encuesta de CNN, Harris lidera con un 48% de apoyo, frente al 47% de Trump. Este estrecho margen sugiere que, aunque Harris ha logrado ganar terreno gracias a su carisma y habilidades de comunicación, Trump mantiene una base inquebrantable que lo respalda por su experiencia previa en la Casa Blanca, especialmente en temas económicos.
A pesar de las críticas sobre su temperamento y falta de empatía, Trump sigue siendo visto como el candidato más confiable para manejar la economía, la inmigración y la política exterior.
Harris se fortalece entre votantes jóvenes y minorías
Harris ha consolidado su base de apoyo entre los votantes jóvenes y las minorías. La encuesta destaca que la vicepresidenta cuenta con un sólido respaldo entre los votantes menores de 30 años, los votantes negros y los latinos.
Este apoyo es vital en estados clave, especialmente en aquellos que fueron decisivos para la victoria de Joe Biden en 2020.
A pesar de esto, Trump sigue liderando entre los votantes blancos, particularmente entre los hombres sin estudios universitarios, un grupo demográfico crucial en estados disputados.
La contienda se mantiene particularmente cerrada entre los votantes independientes, un grupo que podría inclinar la balanza.
Harris supera a Trump entre las mujeres independientes, mientras que el expresidente tiene una ligera ventaja entre los hombres de este grupo. Esta brecha de género también se refleja entre los votantes blancos, donde Trump tiene un apoyo mayoritario entre los hombres, mientras que Harris gana terreno entre las mujeres.
Una batalla en el colegio electoral
Aunque Harris parece tener una leve ventaja en el voto popular, la verdadera batalla se libra en el colegio electoral. Los análisis indican que Trump podría estar mejor posicionado en el colegio electoral que en el voto popular debido a la composición de su base de apoyo en estados clave como Arizona y Georgia.
Según el análisis de CNN, Harris cuenta con 225 votos electorales frente a los 219 de Trump, con siete estados y un distrito electoral en disputa.
Harris lidera ligeramente en estados del norte como Michigan, Pensilvania y Wisconsin, mientras que Trump está mejor posicionado en Arizona y Georgia. La carrera en estados como Nevada y Carolina del Norte sigue siendo muy reñida, y cualquier cambio en las encuestas podría alterar drásticamente el resultado.
En un escenario ajustado, una victoria de Harris en el 2º Distrito de Nebraska podría otorgarle los 270 votos electorales necesarios para ganar, aunque un cambio en el método de asignación de votos en Nebraska le podría complicar aún más las cosas.
Inflación y economía: los temas centrales
La economía y la inflación dominan la agenda de los votantes, con un 41% de los votantes probables citando la economía como el tema más importante en la elección presidencial.
Trump sigue siendo percibido como el candidato más fuerte en estos temas, a pesar de que sus políticas son vistas como más extremas que las de Harris.
La vicepresidenta, por su parte, es preferida en temas de derechos reproductivos y protección de la democracia, lo que la acerca a votantes preocupados por estos asuntos.
Perspectivas y desafíos
Ambos candidatos enfrentan grandes desafíos en esta contienda histórica. Harris ha logrado mejorar su imagen pública, pero debe superar la percepción negativa sobre la gestión de Biden, mientras que Trump sigue lidiando con críticas sobre su extremismo y divisivo liderazgo.
Con una mayoría de votantes preocupados por la violencia política y un electorado profundamente polarizado, la elección de 2024 se perfila como un enfrentamiento que podría redefinir la política estadounidense y el panorama mundial en un momento especialmente convulso y decisivo para el futuro de las democracias occidentales, amenazadas por el auge de los liderazgos autoritarios y la escalada belicista de Rusia y sus satélites.
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