Vigilancia en zona Santiago-Baconao por más de 600 sismos menores a 3.5 desde reciente terremoto

Los expertos consideran que es un comportamiento normal después del sismo registrado el pasado 7 de septiembre, el cual tuvo una magnitud de 4.1


La zona este de Santiago-Baconao sigue bajo vigilancia tras el sismo de magnitud 4.1 del 7 de septiembre, ya que, aunque la energía liberada no es elevada, la actividad sísmica ha sido constante.

El jefe del Servicio Sismológico Nacional de Cuba, del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS), Enrique Diego Arango Arias, informó en este domingo en Facebook que han registrado alrededor de 610 terremotos, todos con magnitudes menores a 3.5.


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Captura de Facebook / Enrique Diego Arango Arias

Según explicó Arango, esta situación requiere un seguimiento cercano debido a que la sismicidad “se ha mantenido constante”.

El jefe del Servicio Sismológico Nacional de Cuba ofreció recientemente una entrevista a la televisión cubana en la que informó que el sismo registrado el pasado 7 de septiembre, que fue perceptible en varias partes de la ciudad de Santiago de Cuba y varias localidades cercanas, “tuvo una serie de réplicas, una descarga energética un poco atípica porque todavía se siguen registrando réplicas”.

Esto ha llamado la atención en muchos casos a la población”, apuntó el experto, aunque sostuvo que “es un comportamiento normal después de un evento principal de 4.1”.

Señaló que el grupo de réplicas con magnitudes no ha superado los 2.9, por tanto, “ninguno de estos eventos ha sido perceptible”.

Arango recalcó que no hay que alarmarse, y afirmó que “en caso de registrarse una anomalía importante que pudiera servir o avisar a la población en caso de una alerta, se la avisaría inmediatamente a la población, pero en este momento no es necesario crear una situación de alarma”.

No obstante, el experto señaló que Santiago de Cuba está situada en una zona sísmica, de ahí que siempre hay que estar alertas y preparados para tomar medidas.

“Siempre hay que estar atentos, trabajar en los temas de vulnerabilidad, reducir la vulnerabilidad, no descuidarnos con la preparación de la población, con la preparación de los organismos, de las instituciones para que tengan en cuenta las medidas que establece la defensa civil”, subrayó.

Pero en estos momentos solamente es revisar las medidas y estar atentos a cualquier comportamiento”, hizo hincapié.

En una reciente publicación, el Arango explicó que el sismo perceptible reportado el 7 de septiembre no salva a la población de un terremoto de gran magnitud.

El experto aclaró que: “La magnitud de un terremoto se mide por la energía que se libera, utilizando escalas logarítmicas”.

En ese sentido, detalló: “Un sismo de 3.0 de magnitud es 32 veces menor que uno de 4.0, es 1 000 veces menor de uno de 5, es 31 000 veces menor de uno de 6 y así sucesivamente”.

Para ilustrar este principio, Arango compartió un gráfico que muestra cómo el terremoto de magnitud 7.7 ocurrido el 28 de enero de 2020 eclipsa a todos los sismos registrados entre 2010 y 2024 en la falla Oriente, y concluyó: “Su energía es incomparablemente superior al resto”.

En lo que va de 2024, se han registrado en Cuba 11 sismos perceptibles, incluyendo el reportado el pasado 7 de septiembre.

En 2023 se registraron un total de 14 sismos perceptibles en Cuba, la mayoría de los cuales se localizaron en la falla Oriente, la principal zona de actividad sísmica del país y un límite de placas tectónicas al sur de la región oriental.

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