Un vuelo de la aerolínea española Iberia que cubría la ruta Madrid-Miami este martes sufrió un grave incidente a bordo unos 15 ó 20 minutos después de despegar, lo que obligó a la aeronave a retornar con extrema urgencia al Aeropuerto Adolfo Suárez.
Afortunadamente, el aterrizaje se realizó con éxito a pesar de la difícil experiencia. El incidente ocurrió pocos después de las dos de la tarde (hora española), es decir, ocho de la mañana (hora de Miami).
Los cerca de 300 viajeros que se encontraban en el avión vivieron momentos de terror cuando vieron cómo comenzó salir humo de la cabina y de repente se apagó el aire acondicionado.
Merrye González, una cubana residente en Miami que viajaba en ese avión tras utilizarlo como conexión de otro vuelo procedente de Berlín, relató en detalle al periodista Mario Vallejo la dura experiencia.
Cuenta que cuando llevaban unos 15 minutos de vuelo sintieron olor a quemado y empezó a salir humo de la cabina. Dice que el avión iba dando tumbos, saltos, como chocando con piedras, que se sentía como que caía en picado, y que las personas empezaron a gritar.
Dice que en medio de la difícil situación muchos -ella incluida- enviaron incluso mensajes a sus familiares o amigos despidiéndose.
Algunos que estaban sentados cerca se dieron las manos en señal de darse ánimos en un momento en que pensaron que no sobrevivirían.
González explicó que en medio de los complicados momentos que atravesaron una aeromoza que se acercó a darles ánimos estaba llorando, impresionada ella misma como tripulante por lo que estaba ocurriendo.
“No pensé que fuéramos a sobrevivir”, cuenta Merrye, quien alabó la capacidad del piloto que fue capaz de llevarlos a tierra sanos y salvos, pero tuvo en cambio duras palabras para la aerolínea por la desinformación y el maltrato posterior.
Según el testimonio de la viajera, fueron recluidos en una zona del aeropuerto donde no tenían acceso a agua ni comida y así estuvieron durante muchas horas, siendo trasladados de un lugar a otro.
Se queja de que no les decían ni los informaban de nada y mucho menos se acercó por allí nadie a darles soporte psicológico.
Cuenta que a pesar de que afortunadamente no hubo que lamentar pérdida vidas humanas, sí fallecieron algunos perritos que iban en la zona del avión destinada a la transportación de animales, y que fue duro ver a una señora llorando por sus mascotas.
Merrye explica que después de muchas horas a ella la llevaron a un hotel Meliá con la promesa de viajar en un vuelo este miércoles que debía salir a las 11:40 a.m. de Barajas.
Vuelo que, según revelan plataformas de vuelos en tiempo real, salió a las 12:03 minutos del mediodía de hoy (hora española) y que está previsto que aterrice a las 10:25 a.m. (hora local de Miami)
¿Cuál es la información oficial?
El suceso ha tenido hasta ahora poca cobertura en medios españoles.
El Debate reseñó que el incidente comenzó pocos minutos después de despegar “por un problema que había en los sistemas de climatización y presurización”, que la aerolínea argumentó que “no se podía prever con anterioridad”.
La fuente añade que cuando estos se apagaron el humo dejó de salir y que aunque la aeronave podría haber continuado su viaje, "regresaron de emergencia al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, tal y como exige el protocolo”.
El aterrizaje se produjo con total normalidad, sin ninguna incidencia, y la aeronave consiguió librar pista seguida de los bomberos.
La nota añade que tras llegar a tierra el vuelo se canceló y que todos los pasajeros fueron reubicados en otros vuelos que salen a lo largo de este miércoles y jueves. Quienes lo necesitaron se les facilitó un hotel para que pudieran pasar la noche.
La citada fuente indicó que desde Iberia explicaron que este tipo de incidentes no son habituales que ocurran, pero tampoco son “algo extraordinario”.
“Consideran que no ha sido un percance grave, porque, tal y como se explica con anterioridad, 'cuando se apagó el sistema de climatización, el humo dejó de salir'".
Tales declaraciones chocan con la de varios trabajadores de Iberia, que reconocieron a El Debate que este tipo de incidencias ya han ocurrido con anterioridad, aunque en esta ocasión "los humos y los olores a quemado eran más intensos".
Hace unos meses los controladores aéreos, a través de su cuenta de X, en otra incidencia similar, respondían a un usuario de la red social que estas situaciones "son graves e implican apartar tráfico, cerrar pistas, esperas, activar servicios de emergencia, etc".
"Lo que sí está claro es que la inmensa mayoría de estas situaciones se resuelven sin consecuencias serias. Algo que da muestra de lo fiable y segura que es la aviación", zanjaban.
No obstante, está claro que las decenas de viajeros que volaban este martes en el IB6117, es difícil que lo vayan a olvidar con facilidad.
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