El luchador cubano nacionalizado chileno, Yasmani Acosta, expresó su profundo agradecimiento al pueblo de Chile por acogerlo, compartió con ellos la medalla ganada en los Juegos Olímpicos de París 2024 y saludó con un inolvidable abrazo al presidente Gabriel Boric.
Esta semana el gobierno de Chile organizó una recepción oficial en La Moneda para recibir y homenajear a sus dos medallistas olímpicos, Francisca Crovetto y Yasmani Acosta.
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Acosta, quien ganó la medalla de plata en la categoría de 130 kilogramos en lucha grecorromana, manifestó sentirse en deuda con Chile por el apoyo recibido desde su llegada en 2015, tras abandonar una delegación deportiva cubana.
"Desde que llegué a Chile, todo ha sido felicidad", declaró Acosta, destacando el cariño y respaldo del pueblo chileno.
"Me esforcé bastante, pero sin el apoyo del pueblo chileno esto no habría sido posible. Quería regalarle una medalla a este país. Esta medalla no es mía, es de todos ustedes", afirmó.
El discurso del atleta fue breve pero emotivo. También tuvo un toque de sorpresa pues fue el propio presidente chileno quien sostuvo el micrófono para que Yasmani pudiera dirigirse a los presentes. El luchador es tan alto que el pie del micro no era suficiente para su nivel.
Yasmani Acosta enfrentó en el combate final en París 2024 a su compatriota y amigo Mijaín López, quien se alzó con la victoria por 6-0, logrando su quinto título olímpico.
Acosta celebró su medalla de plata como un triunfo colectivo, abrazando al presidente Boric en un gesto que generó risas y sorpresa en la audiencia, por la admiración y complicidad que pudo verse entre ellos.
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