Más de 25 mil cubanos fueron internados en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), auténticos campos de concentración donde el régimen cubano encerró, castigó y condenó a trabajos forzados a homosexuales, católicos y jóvenes sospechosos por sus referentes culturales o intelectuales de no simpatizar con la llamada “revolución”.
Entre 1965 y 1968, el régimen cubano llevó adelante esa política violatoria de los derechos humanos que llevó al suicidio a muchos jóvenes, y sometió a miles a los tratamientos de hormonoterapia y electroshock, y experimentos conductistas y reflexológicos. Otros testimonios refirieron torturas con electrodos, o tratamientos que incluían comas inducidos con insulina para modificar “conductas homosexuales”.
Sesenta años después de aquella atrocidad cometida contra decenas de miles de personas, la historia de las UMAP sigue siendo ocultada o minimizada por parte de un régimen que intenta lavar su imagen con el reconocimiento de derechos para el colectivo LGTBIQ+, pero sin ahondar en su pasado criminal de persecución, exclusión y violencia contra los homosexuales.
Los herederos del poder totalitario, machista y comunista cubano aprovecharon el “mea culpa” entonado por Fidel Castro durante una entrevista concedida en 2010 al diario mexicano La Jornada, en la que se atribuyó la responsabilidad de la creación de las UMAP.
Desde entonces, y sin abrir los archivos clasificados sobre el asunto, han querido pasar página de aquellos hechos, empezando por la diputada Mariela Castro Espín, hija del general Raúl Castro y directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), artífice de la falsa revisión histórica de aquel trágico episodio.
Sin embargo, la sociedad civil cubana se ha empeñado en arrojar luz sobre lo sucedido en los más de setenta campamentos de la UMAP, así como en las oficinas de los funcionarios ejecutores de aquel perverso plan de “reeducación”.
Para ello, activistas cubanos compartieron un enlace a un repositorio documental de acceso abierto donde fuentes anónimas han hecho pública una serie de documentos “redactados entre los años 1966 y 1968, extraídos por esas fechas de unidades militares de la antigua provincia de Camagüey y mantenidos a resguardo hasta hoy”.
Así lo indicó en sus redes sociales este lunes el periodista independiente José Raúl Gallego, compartiendo el enlace para que los documentos “puedan ser difundidos, leídos y usados por ciudadanos, periodistas e investigadores, con el objetivo de que sean analizados y contextualizados para una comprensión más certera y situada de la información que aportan”.
“Son documentos que forman parte de la historia de nuestro país, de la memoria histórica de la nación y deben estar disponibles a todos los cubanos y personas interesadas”, subrayó Gallego.
La creación de un “Centro Modelo” para restructurar el Servicio de Homosexuales del Ministerio del Interior, cuyos objetivos eran “borrar todo comportamiento amanerado o antisocial”; una entrevista realizada en 1966 a un recluso; o la creación de Escuelas Pre-militares para homosexuales, en los cuales estos serían clasificados por tipologías (A, B y C) según sus “manifestaciones homosexuales” y su disciplina, son algunos de los documentos hechos públicos por la sociedad civil cubana.
Un “ensayo” de corte psicológico, sobre cambios en las motivaciones; un documento sobre las religiones católica y protestante, así como de su relación con el poder estatal a partir de 1959; y otro centrado en el Concilio Cubano de Iglesias Evangélicas y Testigos de Jehová, entre otros, conforman el corpus documental recuperado para la memoria y la historia del régimen comunista totalitario cubano.
Al decir de Gallego, “su contenido corrobora parte de lo narrado por las víctimas de las UMAP, ya que el horror y los atropellos fueron mucho más allá de lo que aparece en estos textos, y confirma el carácter homofóbico, discriminatorio y violatorio constituido en política oficial, del cual han intentado desligarse las principales figuras del régimen cubano y sus voceros”.
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