En nuevo episodio delirante, el gobernante Nicolás Maduro acusó de satanistas al empresario Elon Musk y al presidente de Argentina, Javier Milei, quienes expresaron públicamente sospechas de fraude en las elecciones venezolanas y sus antipatías hacia el líder chavista.
Durante la celebración del aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Maduro aseguró que Musk exhibe símbolos diabólicos en sus redes sociales y denunció la existencia de sectas satánicas vinculadas al poder estadounidense.
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“Miren su perfil, los símbolos diabólicos que tiene en su pecho. Son sectas satánicas del poder estadounidense, que han articulado sectas como la de Milei; o en Venezuela sectas satánicas como el fascismo este, que ha atacado al país”, declaró Maduro, señalando una supuesta "lucha espiritual" contra aquellos que se oponen a su régimen.
Para el gobernante, que lleva más de 10 años en el poder arrasando con la institucionalidad del Estado venezolano e impidiendo el cambio que democráticamente ha intentado la sociedad civil, su régimen se haya en “una lucha de carácter espiritual entre el bien y el mal; entre el odio, la mentira, el engaño y el fascismo”.
“Me dijeron exactamente qué es lo que hay que hacer con el Diablo, con los símbolos diabólicos que maneja Elon Musk… Porque ustedes saben todo el ocultismo que hubo detrás de Hitler”, dijo un trastornado Maduro ante el alto mando de la GNB.
Habituado a hablar con pajaritos que traen mensajes de Hugo Chávez, a multiplicar penes y una variopinta colección de otros dislates y dislexias, Maduro sumó este lunes una nueva ocurrencia de su trasnochado servicio de inteligencia (SEBIN) y de comunicación, fuertemente penetrado por el régimen cubano, otra dictadura experta en soltar barbaridades sin rubor.
"Yo sentí el espíritu de él, lo sentí ahí como dándonos una bendición, diciéndonos hoy arranca la batalla", afirmó Maduro al llegar al poder en 2013, luego de un episodio que él interpretó como señal divina de Chávez.
Maduro, que se dice "cristiano", tiene un brujo en Miami que viaja regularmente a Caracas a echarle las cartas. Según el periodista venezolano David Placer, el brujo se llama Cirilo Enrique Rodulfo, formó parte de las Fuerzas Armadas y en 2019 cobraba carísimos sus servicios.
Por su parte, el exgeneral chavista Hugo Carvajal denunció en junio de 2019 que Maduro llegó a gastar la cuantiosa suma de 500 mil dólares en sacrificios religiosos en Cuba. Según Carvajal, el padrino de santería de Maduro sería Carlos Osorio, quien fuera ministro de Transporte de su gobierno y actualmente es presidente de la Corporación Venezolana de Minería (CVM).
Ante los infundios de Maduro, acusando a Milei de formar parte de una secta satánica, este utilizó su perfil en X para contestar.
“Los comunistas nos atacan, llenos de insolencia e impiedad, para exterminarnos a nosotros, a nuestras mujeres y a nuestros hijos, y para apoderarse de nuestros despojos,” escribió el presidente argentino, reafirmando su postura crítica hacia Maduro.
Las tensiones entre Maduro y Elon Musk no son nuevas, ya que ambos se han enfrascado en una serie de intercambios críticos a distancia, especialmente en el contexto de la crisis política en Venezuela.
Mientras Maduro acusa a Musk de orquestar ataques contra su gobierno, el multimillonario estadounidense le ha llamado drogadicto, le ha recordado su orden de detención por parte de la DEA y ha sido un abierto crítico de sus políticas y estilos de gobierno.
La relación entre Milei y Maduro también ha sido conflictiva, especialmente tras las elecciones en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela declaró ganador al candidato chavista en su segunda reelección. Milei fue uno de los primeros líderes mundiales en denunciar fraude electoral, lo que provocó que Maduro lo calificara como un “bicho cobarde”.
La semana pasada, las confrontaciones verbales entre Maduro y Musk se intensificaron. Musk aceptó el reto de Maduro a una pelea, proponiendo que si él ganaba, Maduro debería dimitir como dictador de Venezuela; y si Maduro ganaba, Musk lo invitaría a un viaje gratis a Marte. Este desafío, aunque tomado en tono de burla, subrayó la creciente animosidad entre ambos.
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