La Organización de los Estados Americanos (OEA) solicitó a la Corte Penal Internacional (CPI) que emita una orden de arresto contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Esta petición, liderada por el secretario general de la OEA, Luis Almagro, se basa en las acusaciones de crímenes de lesa humanidad presuntamente cometidos por Maduro, al ordenar la represión de manifestantes tras las elecciones del 28 de julio de 2024.
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En una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA en Washington, Almagro argumentó que ha llegado el momento de la justicia para Venezuela y se presentó un proyecto de resolución que obliga al gobierno venezolano a mostrar los resultados de las elecciones que aseguraron dan por ganador a Nicolás Maduro.
Sin embargo, la Organización no pudo llegar el miércoles a un consenso para presionar a las autoridades venezolanas. Entre los países que se abstuvieron a la resolución están Brasil y Colombia, cuyos líderes habían pedido antes transparencia a las autoridades de Caracas.
México había anticipado que no estaría presente. En total hubo 17 miembros del Consejo Permanente de la OEA que votaron a favor, 11 se abstuvieron y cinco estuvieron ausentes, entre ellos Trinidad y Tobago y la propia Venezuela. Vale destacar que no hubo votos en contra.
El gobierno de Cuba acusó a la OEA de estar subordinada a presuntos intereses de Estados Unidos y ratificó el apoyo a Maduro.
"De manera insólita y sin apego al ordenamiento interno de la República Bolivariana de Venezuela ni de otra nación, Estados Unidos y algunos miembros de la OEA trataron de imponer en su Consejo Permanente, una resolución que instaba a la autoridad electoral venezolana a recontar los votos ejercidos el domingo 28 de julio, con la observación de organizaciones internacionales, demanda que no se le hace a ningún país", dice el comunicado del MINREX.
La solicitud de Almagro a la Corte Penal Internacional se produce tras la proclamación de la victoria de Maduro por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) en las elecciones del pasado domingo.
Esta victoria ha sido ampliamente cuestionada por los opositores y por una parte significativa de la comunidad internacional, que exige la verificación de los resultados mediante las actas de votación que el gobierno se ha negado a presentar.
La reacción de la OEA llega en un momento en que la crisis venezolana se intensifica, con informes de al menos 17 manifestantes muertos en las protestas que han seguido a las elecciones.
Almagro fue contundente al describir la situación y rememoró las palabras del gobernante venezolano en los días previos a las elecciones. "Maduro anunció un baño de sangre y lo está cumpliendo", dijo.
El miércoles, el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, señaló que se le está agotando la paciencia al gobierno de Estados Unidos y la de la comunidad internacional, por tanto esperar que las autoridades venezolanas publiquen las actas sobre los comicios y demuestren los resultados anunciados.
El Centro Carter publicó un comunicado donde advierten que los comicios en Venezuela carecieron de la integridad electoral suficiente, incumplen los estándares internacionales, y "no pueden considerarse democráticas".
La situación en Venezuela sigue siendo crítica y la petición de la OEA a la CPI marca un nuevo capítulo en la lucha por la justicia y la democracia en el país sudamericano. La comunidad internacional observa con atención los próximos movimientos de las instituciones internacionales sobre este delicado tema.
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