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EE.UU. prepara medidas para cerrar la frontera con México

La administración de Joe Biden está preparando nuevos planes para limitar la inmigración en la frontera entre EE.UU. y México.

Frontera entre Estados Unidos y México © Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos
Frontera entre Estados Unidos y México Foto © Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos

La Casa Blanca prepara medidas drásticas en la frontera entre Estados Unidos y México las cuales limitarían las solicitudes de asilo y negarían automáticamente la entrada de inmigrantes una vez que el número de personas detenidas por los agentes fronterizos estadounidenses supere un nuevo umbral diario.

Joe Biden podría firmar este martes la orden ejecutiva, aseguraron cuatro fuentes familiarizadas con el asunto, según despacho de The Associated Press (AP) publicado este jueves.

Desde el fracaso de un proyecto de ley bipartidista sobre la frontera a principios de este año, el presidente ha valorado tomar medidas ejecutivas adicionales.

Además, el número de cruces ilegales en la frontera entre ambos países ha disminuido en los últimos meses, pero la razón está en gran medida por la intensificación de los esfuerzos por parte de México.

Sin embargo, la inmigración es una de las principales preocupaciones de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, y los republicanos están ansiosos por atacar a Biden con este tema, señaló AP.

Las fuentes anónimas informaron que con las nuevas medidas los demócratas pretenden evitar cualquier posible repunte en los cruces, lo que podría ocurrir cuando se acercan las elecciones de otoño y el clima es menos caluroso.

El nuevo plan permitiría a Biden decir que ha hecho todo lo que podía hacer para controlar las cifras en la frontera sin ayuda del Congreso, aunque su administración ha tomado medidas menores en las últimas semanas con el objetivo de desalentar la migración y acelerar la tramitación de asilo, apuntó AP.

Además, las nuevas restricciones se consideran “un intento agresivo de aliviar el desbordado sistema de asilo del país, junto con un nuevo esfuerzo por acelerar los casos de los inmigrantes que ya se encuentran en Estados Unidos”, según el despacho citado.

Las fuentes también señalaron que se está valorando algunas de las políticas directamente de un acuerdo fronterizo bipartidista estancado del Senado.

Al respecto, puntualizaron que se está sopesando limitar el número de encuentros a un promedio de 4,000 por día durante una semana.

También analizarían si ese límite incluiría a los solicitantes de asilo que llegan a la frontera con citas a través de la aplicación CBP One de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.

De las cuatro personas que informaron a AP, dos dijeron que una opción es que “los migrantes que lleguen después de que la frontera alcance cierto umbral podrían ser expulsados automáticamente en un proceso similar a la deportación y no podrían regresar fácilmente”.

Sobre este asunto, explicaron que “los migrantes podían regresar más fácilmente a la frontera si eran expulsados bajo la política de la era de la pandemia conocida como Título 42”.

En virtud de ese acuerdo, México aceptó readmitir a algunas nacionalidades no mexicanas, incluidos migrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador, indicó AP.

En Estados Unidos, los migrantes, especialmente las familias, que solicitan asilo en la frontera sur suelen ser puestos en libertad para esperar a que se resuelvan sus casos.

Sin embargo, actualmente hay “más de 2 millones de casos pendientes en los tribunales de inmigración, y algunas personas esperan años a que se les asigne una fecha en el tribunal mientras viven en el limbo en Estados Unidos”, según el despacho.

Aunque cualquier persona que llega ilegalmente a la frontera puede solicitar asilo, las autoridades estadounidenses están presionando para que los inmigrantes pidan cita y empleen una vía legal, evitando el costoso y exponerse a los peligros.

“O se queden donde están y lo soliciten a través de puestos avanzados en Colombia, Guatemala y Costa Rica”, señaló.

Las críticas de los republicanos y el gran número de migrantes que cruzan a EE.UU. han provocado que Biden se haya vuelto conservador en cuestiones fronterizas.

Las nuevas medidas que pretende aplicar la administración Biden está recogida en la Sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad.

Esta sección otorga al presidente un amplio margen de maniobra para bloquear la entrada de determinados inmigrantes en Estados Unidos si ello fuera ‘perjudicial’ para los intereses nacionales del país”, señaló la agencia citada.

Recientemente, en el Senado los republicanos volvieron a bloquear un proyecto de ley que habría consagrado algunas de estas medidas.

Esto sucedió incluso cuando los republicanos han clamado por más restricciones y argumentado que Biden no ha hecho lo suficiente para frenar el flujo de inmigrantes que entran en Estados Unidos.

El proyecto de ley bipartidista, que parecía estar encaminado a su aprobación, contaba con el respaldo del Consejo Nacional de la Patrulla de Fronteras y de su presidente, Brandon Judd, partidario declarado de Donald Trump, el presunto candidato presidencial republicano.

“Pero Trump, preocupado por dar a los demócratas una victoria electoral, pidió a los republicanos que la echaran abajo, y así lo hicieron”, según AP.

Angelo Fernández Hernández, portavoz de la Casa Blanca, declaró que la administración de Biden continúa buscando opciones políticas para resolver los problemas del sistema de inmigración.

“Mientras que los republicanos del Congreso optaron por interponerse en el camino de la aplicación de la frontera adicional, el presidente Biden no dejará de luchar para entregar los recursos que el personal fronterizo y de inmigración necesitan para asegurar nuestra frontera”, dijo.

Según AP, el Congreso aprobó en 2024 la financiación de un total de 41.500 camas de detención y aumentó en 1.200 millones de dólares los fondos destinados a las operaciones de aplicación de la ley y expulsión de inmigrantes respecto a lo solicitado inicialmente por la Casa Blanca.

Se incluyen 106 millones de dólares más para financiar programas que controlan a los inmigrantes en el sistema de asilo a través de aplicaciones telefónicas y tobilleras, en lugar de a través de la detención.

La administración del presidente Joe Biden anunció recientemente nuevos cambios en la política de asilo político, que permitirían a Estados Unidos acelerar la expulsión de inmigrantes considerados "no aptos" en la frontera.

Cuatro personas familiarizadas con el tema confirmaron al medio Político que los cambios serían introducidos en la entrevista de miedo creíble, donde "los inmigrantes pueden ser considerados no aptos para solicitar y recibir asilo".

Además, el gobierno de Estados Unidos propuso cambios en la política de asilo político en las fronteras, afectando a los inmigrantes con antecedentes penales, los cuales podrían ser rechazados sin esperar la decisión de un juez.

Asimismo, recientemente se anunció cambios significativos en la política de asilo político que podrían afectar a los represores de regímenes autoritarios en países como Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Según expertos consultados por Martí Noticias, estas nuevas medidas restringirán la entrada a EE.UU. de individuos con antecedentes penales o que hayan participado en actividades represivas.

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