Un joven cubano que cuando vivía en Cuba estudiaba Medicina, tras emigrar a Estados Unidos labora en un restaurante mientras se saca la carrera de Enfermería.
Liosvany Abrahante, de 27 años, llegó hace casi dos años al país, tras un duro viaje cruzando fronteras con varios amigos.
El periodista de Univisión Javier Díaz lo conoció recientemente en Marathón, ciudad del condado de Monroe, al entrar a su local de trabajo, donde tomó guarapo y comió pizza cubana.
"En Cuba era estudiante de Medicina de cuarto año cuando emigró, vivía en Manacas, Villa Clara. Actualmente está estudiando Enfermería y también trabaja en este restaurante. Para él la mejor de las suertes y que logres todos tus sueños en este país. Gracias por la atención y cuando regrese a Maratón prepárame otra pizza cubana como esta", pidió Díaz en Facebook.
Liosvany es natural del municipio de Santo Domingo, en Villa Clara, y estudiaba en la Universidad de Ciencias Médicas de esa provincia.
A finales de junio de 2022 arribó a un aeropuerto de Florida.
"Gracias a todas esas personas que me apoyaron, los quiero", escribió entonces en su perfil de Facebook.
El joven compartió un video en el que muestra algunos de los momentos más difíciles de su travesía, desde que salió legalmente de Cuba y hasta que llegó a su destino.
Más de medio millón de cubanos llegaron a Estados Unidos en dos años, según reveló AFP tomando como fuente datos oficiales.
Hasta el 31 de enero, al menos 533,000 cubanos llegaron a ese país, una cifra equivalente al 4,8% de los 11.1 millones de habitantes en la Isla, que no incluye las entradas con otros tipos de visado sobre las cuales no hay cifras oficiales disponibles.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, en 2023 más de 153,000 ciudadanos cubanos entraron a territorio estadounidense de forma irregular.
En enero, un grupo de estudiantes de Medicina declararon a la youtuber Rosy Wanderlust que su objetivo no es ejercer como médicos en el país.
"Si me pongo a vender churros en la esquina del hospital, ganaré más que el especialista mejor cualificado", explicó uno.
Los jóvenes explicaron que el problema no está solo en los bajos salarios de los profesionales de la salud en Cuba, sino en las pésimas condiciones de trabajo.
Confesaron que están viendo situaciones muy complejas en su formación, como tener un ámpula de duralgina y elegir entre cinco pacientes a cuál inyectar, porque no hay medicamentos para todos.
Las carencias son tan extremas que laboratoristas, médicos y enfermeras están continuamente expuestos al peligro de un contagio de enfermedades, por no contar con insumos imprescindibles para su seguridad, como los guantes.
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