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Las horas de corte de suministro eléctrico han vuelto a aumentar en Cuba luego de varios días de relativa estabilidad en abril, durante los cuales no se reportaron déficits de generación ni afectaciones programadas.
Este lunes, “se estima para la hora pico una disponibilidad de 2,388 MW y una demanda máxima de 2,800 MW, para un déficit de 412 MW, por lo que de mantenerse las condiciones previstas se pronostica una afectación de 482 MW en este horario”, indicó la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) en sus redes sociales.
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Sin embargo, los pronósticos de la empresa estatal se suelen quedar cortos en comparación con lo que sucede en la realidad, donde los cubanos padecen apagones cuya duración y frecuencia resultan superiores a las estimaciones.
Si bien la entrada de la termoeléctrica Guiteras de Matanzas (tras días fuera de servicio por mantenimiento), sumada a la llegada de barcos con combustible de Rusia y México, contribuyó a una relativa mejoría en el suministro eléctrico, lo cierto es que la situación amenaza con volver a los niveles críticos de antes.
Después de tres días sin que se reportasen apagones, en la segunda semana de abril la UNE anunció cortes de suministro eléctrico por déficit de 250 MW. Hasta el día 18, las afectaciones se mantuvieron estaban por debajo de los 200 MW, pero desde entonces han ido subiendo progresivamente.
Para el 19 pronosticaron cortes de suministro en torno a los 355 MW. Sin embargo, al día siguiente la UNE reconoció que las afectaciones alcanzaron los 621 MW. Para este domingo, el pronóstico indicó afectaciones de 380 MW, pero este lunes reconoció que alcanzaron los 736 MW.
Al parecer, ni las 60,000 toneladas de petróleo que descargó a comienzos de abril el buque tanquero Nordic, ni las 90,000 mil toneladas que descargó a finales de marzo un buque de procedencia rusa (ambos en el puerto de Matanzas) consiguieron reforzar la estrategia del régimen cubano para hacer frente al déficit de combustible que padece.
“¡Corriente y comida!”, gritaron los cubanos durante las protestas del 17 y 18 de marzo. El grito se escuchó particularmente en la región oriental del país, habitualmente más perjudicada con los apagones y el suministro de alimentos para la canasta básica.
Horas después de dichas protestas, la Guiteras sincronizaba al sistema electroenergético nacional (SEN). Sin embargo, el régimen cubano advirtió que ello no solucionaría el problema de los apagones en el país, marcado por la crisis de combustible. Y, ¡sorpresa!: acertó en su predicción.
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