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La activista cubana e historiadora del arte, Yamilka Lafita, (conocida en redes como Lara Crofs) fue detenida este martes en Matanzas por agentes de la Seguridad del Estado del régimen cubano, quienes la retuvieron arbitrariamente y la amenazaron para que abandone el país.
“Me volvió a detener la policía. En menos de 10 días han sido cinco veces. Siempre policía de tránsito, caballitos y puntos de control. Siempre el mismo modus operandi. Resulta que yo no soy yo, ellos piensan que mi carnet de identidad tiene que decir Lara Crofs. Esta gente realmente tiene problemas”, escribió la activista en sus redes sociales mientras se encontraba retenida.
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Lafita, quien había viajado a Matanzas para hacer entrega de una donación de insumos médicos, llegó a permanecer hasta seis horas en el interior de un vehículo en un parqueo de esa provincia, retenida ilegalmente por los represores cubanos.
“Ahora me retiraron todos los documentos y están llamando entre ellos. Estoy aquí hace más de 1h, llegaron dos ladas con la SE. No me bajo del carro si no es con una orden debidamente redactada y tampoco me voy a dejar revisar el maletero. Si no es con una orden de registro. Tampoco firmo multas, pues no cometí ninguna infracción. Llevo medicamentos e insumos de donación, que no me voy a dejar quitar bajo ningún concepto”, explicó.
La activista, una de las personas claves en la campaña de solidaridad de la sociedad civil cubana para trasladar a la niña Amanda Lemus Ortiz y sus padres a España -con el objetivo de realizarle un trasplante de hígado-, está en el punto de mira de la Seguridad del Estado.
El alto impacto de su iniciativa y la exposición del colapso de los servicios públicos de salud del régimen, han provocado la animadversión de los represores del régimen, que consideran esta labor humanitaria como una amenaza contra la imagen de “potencia médica” que proyecta una dictadura.
El régimen, que utiliza su supuesto prestigio en esta área para vender servicios médicos a otros países -utilizando a los médicos cubanos como mano de obra de esclava, según denuncias de organismos internacionales-, ha considerado que Lafita es un incordio. Sin embargo, parece que no sabe cómo poner freno a su activismo, que se remonta a años atrás y se conecta con el Movimiento San Isidro (MSI) y el 27N, entre otras acciones protagonizadas junto a activistas como Katherine Bisquet, Camila Lobón, Tania Bruguera o Carolina Barrero.
“Yo de Cuba no me voy, los que se tienen que ir son ustedes. Seguimos #todosjunticos”, declaró Lafita en sus redes sociales tras su liberación.
Su arbitraria detención fue denunciada de inmediato por organizaciones no gubernamentales y otros activistas, como la profesora matancera Alina Bárbara López Hernández, que recorrió distintos centros de detención de la provincia en busca de Lafita.
Luego de preguntar en varias estaciones policiales, la intelectual represaliada y también perseguida por la Seguridad del estado avisó en Facebook que “denunciaría esa situación inmediatamente, y que además me personaría mañana con un Habeas Corpus en el Tribunal Provincial de Matanzas”.
“Profe estuve todo el tiempo dentro de un parqueo de carros patrulleros en el Naranjal. Dentro del carro más de 6 horas. Yo sé que usted pasó por allí porque ellos lo comentaron delante de mí. Hoy estoy un poco cansada mañana contaré todo. Muchísimas gracias por su apoyo. Cuídese mucho profe. Por la primera persona que me preguntaron fue por usted. Le temen”, comentó Lafita en la publicación de López Hernández.
Finalmente, este miércoles, la activista explicó en un post de Facebook el motivo de su viaje a Matanzas para hacer entrega de medicamentos e insumos médicos conseguidos gracias a las donaciones solidarias de la sociedad civil cubana.
“Ella es Yeni y tiene 29 años, su silla de ruedas estaba en un estado tan lamentable, que su madre apenas podía llevarla a los turnos médicos. Le hicimos llegar esta silla de ruedas, para proveer un poquito más de confort en su vida y pueda moverse por su casita”, explicó, compartiendo una foto con la familia a la que visitó en Matanzas.
La activista también aprovechó para agradecer la preocupación y las muestras de solidaridad recibidas durante su arbitraria detención, “en especial a los amigos de matanzas, gente maravillosa y de mucha valía que salió a buscarme por cuanto lugar se les ocurrió, y a la profe Alina Bárbara López Hernández por ese civismo que mantiene intacto”.
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