Un equipo multidisciplinario del Hospital Clínico Quirúrgico Docente Abel Santamaría Cuadrado, en Pinar del Río, consiguió salvar en días recientes la vida a una joven embarazada de 28 años que, con 32,2 semanas de gestación, debió afrontar complicaciones severas en su embarazo.
La joven -identificada como Yarileidy Barrera García- presentó importantes afecciones renales y hepáticas que comprometieron su vida, según reveló un reportaje del Noticiero Nacional de Televisión.
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"Existía la sospecha de asepsia ovular porque venía con fiebre y con algunas condiciones clínicas relativas al líquido amniótico y a la placenta que hacían sospechar de una sepsis ovular", precisó al citado medio oficialista el doctor Ernesto Rodríguez Quiñones, jefe de Servicios de Cuidados Intensivos del hospital.
El especialista subrayó que se valoró en la sala de parto y la decisión fue ingresarla en terapia intensiva por las condiciones que tenía su organismo con insuficiencia hepática severa, insuficiencia renal, presión baja y otros parámetros que requerían de seguimiento y observación permanente.
La fuente no precisó el tiempo que la joven permaneció ingresada ni tampoco si el parto finalmente fue natural o por cesárea.
La buena noticia es que tanto la madre como el bebé presentan una evolución satisfactoria.
"Muy feliz por volver a la vida, porque estaba muerta y estoy muy contenta porque los médicos me ayudaron mucho y me salvaron la vida", declaró la joven al citado medio.
En medio de las recurrentes críticas a la maltrecha calidad de la salud pública en Cuba, principalmente por la insuficiencia de recursos sanitarios y por la fuga de médicos, que ha desembocado en sistemáticas denuncias de negligencia médica, en los últimos meses medios de prensa oficialistas de forma periódica sacan a la luz casos en los que equipos multidisciplinarios consiguen salvar la vida de pacientes aquejados de grave padecimientos.
Lamentablemente, en el caso concreto de Pinar del Río existe un antecedente de una embarazada con un final radicalmente contrario.
En octubre del pasado año salió a la luz el caso de Aniuvis de la Caridad Delgado Acosta, fallecida el 28 de septiembre en el hospital provincial Abel Santamaría por complicaciones derivadas del parto de su hijo. Le habían hecho una cesárea el día 18.
En ese caso la joven falleció presuntamente de una sepsis generalizada por no recibir la atención requerida, según se denunció en ese momento.
La activista Diasniurka Salcedo Verdecia explicó entonces que la mujer “había hecho una eclampsia y le dieron el alta sin darse cuenta de que tenía una infección que después fue imposible controlar”. Fue al hospital varias veces porque se sentía mal y siempre la regresaban para la casa.
A comienzos de 2024, plataformas feministas cubanas decidieron incluir en la revisión final del subregistro de la violencia feminicida en Cuba en 2023 la muerte de Aniuvis de la Caridad Delgado Acosta como un caso de feminicidio ginecobstétrico.
Afortunadamente, cinco meses después de aquel trágico desenlace, las complicaciones en el embarazo de la joven pinareña Yarileidy Barrera García sí han tenido un final feliz.
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