Tras semanas sin abastecimiento diario de pan por la libreta, el gobierno cubano reinició este lunes la distribución de este producto de la canasta familiar normada en las provincias del país, entre ellas Villa Clara y Matanzas.
“Reinician este lunes la producción y distribución del pan de la canasta básica para todos los consumidores de los trece municipios de Villa Clara”, informó en sus redes sociales el medio oficialista Vanguardia de Cuba.
Así lo confirmó el director de la Empresa Provincial Productora de Alimentos (EPPA) en el territorio, Odel Dueñas, quien no precisó si la normalización del suministro es definitiva, o se prevé que pueda volver a escasear el pan en la provincia.
El pasado lunes, tras una supuesta mejoría que supondría la entrada de varios cargamentos de harina al país, la EPPA informaba sobre la imposibilidad de producir el demandado pan normado, debido a la falta de la materia prima principal en ese territorio.
En esa ocasión, Dueñas reconocía que “aún no sabemos cuándo podremos reiniciar esa distribución que solíamos hacer los días alternos en bodegas y otros puntos de venta de la provincia”.
Por su parte, las autoridades de Matanzas informaron en redes sociales que “a partir de mañana [este lunes] se estabiliza la producción del pan en la provincia lo que permitirá la comercialización diaria de este importante alimento de la canasta familiar normada”.
“Con la llegada de harina a los almacenes de la Empresa de Alimentos se elaborará el pan de 80 gramos para la población y la entrega a entidades”, informó la página institucional del Gobierno Provincial del Poder Popular en esa provincia.
Sin embargo, las noticias de la normalización del abastecimiento de pan racionado en las provincias contrasta con la triste realidad que tuvieron que padecer los residentes de siete municipios habaneros que se quedaron sin poder comprar el pan el pasado viernes.
La incertidumbre marca el ámbito decisorio de las autoridades cubanas, que hacen malabares con la escasa harina que consiguen comprar en medio de la crisis actual para abastecer a la población de un producto alimenticio de primera necesidad.
Desde que a finales de febrero, el régimen cubano anunció severas afectaciones en la distribución del pan, la población ha venido padeciendo intermitencias en la venta del pan racionado (un pan de 60 gramos, o menos, por persona al día), cuya calidad es pésima, además.
Según autoridades del Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL), hasta finales de marzo las afectaciones se harían sentir en el panorama isleño. No obstante, residentes de muchas provincias iniciaron abril sin pan racionado, una alarmante situación que, a pesar de haber sido solucionada temporalmente, ilustra el riesgo de inseguridad alimentaria que corren los cubanos.
La escasez de harina ha llevado a los gobernantes cubanos a dejar de proveer el pan racionado que venden a la población, mientras fomentan la “cultura” de “eliminar subsidios y gratuidades”, y favorecen la proliferación de opacas Mipymes y negocios privados que siguen importando harina para la elaboración de un pan que venden a precios inalcanzables para la mayoría, una política que no hace más que agudizar la desigualdad creciente en la Isla.
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