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El economista cubano Pedro Monreal cuestionó este miércoles el anuncio de la inminente alza en los precios de los combustible y la electricidad y preguntó cuales condiciones creó el régimen para asegurar que tales medidas no impacten a la población vulnerable.
Este miércoles el gobierno informó que los nuevos precios del combustible y la nueva tarifa eléctrica para los altos consumidores entrarán en vigor a partir del próximo viernes primero de marzo, cuando hace poco menos de un mes había dicho que no aplicaría el paquete de medidas económicas "hasta que no estén las condiciones creadas en el país".
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¿Cuáles “condiciones” crearon?, señaló Monreal, para quien "Se “corrige” una distorsión (precios de energía desalineados del costo real) que tendría efectos transversales, aumentando la distorsión de salarios desalineados del costo de la vida".
"Digan lo que digan, las “correcciones” empobrecen al ciudadano", aseguró.
Varios cubanos comentaron la publicación del economista y afirmaron que las modificaciones del régimen van "a disparar el precio del dólar al trasladar una demanda nueva para comprar combustible. Sin hablar que las empresas estatales socialistas mantienen su tarifa totalmente diferente, exponiendo lo incierto del discurso de "igualdad entre actores".
Otro internauta, Alexánder Fernández, se refirió a las estadísticas distorsionadas que ha ofrecido el gobierno sobre los altos consumidores de energía, los cuales serían afectados con el alza en las tarifas de luz.
Afirmó que si el plan gubernamental era rectificar distorsiones, "lo primero es corregir los datos que respaldan la toma de decisiones. Medidas tomadas sobre datos distorsionados nos conducirán inevitablemente a más distorsiones. Serán distorsiones sobre distorsiones".
Mostró la gráfica que difiere de un mes a otro en más de 226.000 altos consumidores, una cifra incierta.
Sobre el precio de la gasolina, el régimen considera que la vende al menor precio del mercado, lo que considera insostenible, pero olvida que los salarios en la isla son insuficientes hasta para pagar la canasta básica.
Analistas y medios de prensa independientes señalan que el hambre, la escasez, los apagones y el fracaso de servicios públicos esenciales como la sanidad, dejaban a amplias capas de la población cubana sin “familiares en el extranjero” como los grandes perdedores de una política supuestamente orientada a corregir los desequilibrios macroeconómicos.
En cifras, se trataría de millones de cubanos que ven ahondarse las desigualdades en el país mientras el régimen avanza hacia un capitalismo de Estado implacable como parte de su estrategia de perpetuarse en el poder.
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