Pese a las críticas del gremio de profesionales de la salud de Honduras, el gobierno de ese país dio la bienvenida este martes a una brigada de 120 médicos especialistas de Cuba, que trabajarán allí durante dos años.
El grupo llegó al aeropuerto de Palmerola, a 50 kilómetros de Tegucigalpa, donde fue recibido por la ministra de Salud, Carla Paredes, y el canciller Enrique Reina, y numerosas personas que coreaban consignas como “yo soy Fidel, sí se pudo”, reportó la agencia francesa AFP.
Lo más leído hoy:
Paredes informó que la brigada la integran cuatro coordinadores y 96 especialistas inmunólogos, cirujanos, anestesistas, cardiólogos y ortopedas, entre otros, que ayudarán a reducir los retrasos de atención en hospitales públicos del país. Sin embargo, no hizo alusión a otros 20 profesionales que, según las cifras oficiales difundidas por Cuba y Honduras, completarían los 120 miembros de la brigada.
Al informar sobre el hecho, la televisión oficial cubana reprodujo un reportaje propagandístico del gobierno hondureño, que encomió la llegada de la brigada médica con el “compromiso revolucionario” y “la solidaridad que caracteriza al pueblo cubano”.
El embajador cubano en Honduras, Juan Roberto Loforte, dijo que se trata de una “ayuda necesaria” para “suplir un grupo de carencias de especialistas que tiene el sistema de salud” en el país centroamericano, y afirmó que “han hecho un gran esfuerzo por satisfacer las necesidades básicas del sistema de salud hondureño”.
Según aseguró el diplomático, “todos son especialistas y trabajarán en la medicina pública”, y acotó que “nadie va a quitarle el empleo a nadie”.
El vuelo que trasladó a los médicos cubanos desde La Habana hasta la capital hondureña se produjo luego de gestiones realizadas por la presidenta izquierdista Xiomara Castro con el régimen castrista y en medio de los cuestionamientos del Colegio Médico de Honduras (CMH).
Precisamente, a inicios de este mes, el CMH denunció los privilegios salariales para los doctores cubanos que llegarían al país centroamericano, en detrimento de los doctores locales.
El actual presidente del colegio, Samuel Santos, dijo entonces a la prensa local que no habría equidad en cuanto a los salarios, pues mientras un especialista hondureño gana 35,000 lempiras (cerca de 1,300 dólares), un cubano percibirá unas 49,520 lempiras, es decir, 2,000 dólares.
“Nuestra posición es que en Honduras hay 11,000 médicos desempleados” y “no estamos de acuerdo en que se traigan médicos extranjeros”, declaró Santos a la AFP. Además, añadió, que “van a darles casa, vehículo y alimentación”.
“Descartamos que sea una brigada médica de solidaridad (...), es una venta de servicios”, denunció el dirigente gremial, al tiempo que reiteró la exigencia de que los cubanos sean “certificados” por el CMH, para dar cumplimiento a la ley de colegiación obligatoria.
Sin embargo, la ministra Paredes aseguró que “nunca un médico cubano le ha quitado el espacio a un médico hondureño, ellos sólo se suman a lo que ya tenemos”.
En noviembre pasado, el Colegio Médico de Honduras se opuso a la llegada a Tegucigalpa de una brigada de médicos de Cuba.
Se sabe que el régimen de La Habana ha optado por exportar a sus médicos para obtener ingresos mediante acuerdos de cooperación con otros países, a pesar de que se trata de especialistas que escasean en la isla. Asimismo, el gobierno de la isla paga a los galenos solo una parte de los altos dividendos que obtiene por la “cooperación” médica y ha sido acusado por ejercer esclavitud laboral contra el personal en misiones médicas internacionales.
Según la AFP, a mediados de 2023, se contabilizaban 57 brigadas médicas cubanas en otros países, incluso en naciones desarrolladas, e integradas por 22,632 profesionales, de acuerdo con datos de la Unidad Central de Cooperación Médica de Cuba.
Mientras el gobierno de Cuba tiene a miles de médicos y otros trabajadores de salud diseminados por todo el mundo, y cobra por estas “misiones”, en el país los hospitales no cuentan con el personal médico indispensable para atender a la ciudadanía, ni tampoco con los medicamentos e insumos necesarios para garantizar una debida asistencia.
Además de la sangría de profesionales que supone la “colaboración internacionalista”, más de 12,000 médicos abandonaron el sistema de salud pública cubano en 2022, en medio de una crisis generalizada en el país que ha obligado a doctores y otros trabajadores sanitarios a renunciar a su profesión, para dedicarse a labores mejor remuneradas, o a emigrar, principalmente a Estados Unidos.
Archivado en: