El humorista cubano Jardiel González, con su sarcasmo e ingeniosidad habituales, criticó el calamitoso estado de una calle en el municipio de Marianao, en La Habana, que hace pensar a cualquiera que está en la Ciénaga de Zapata o el Vertedero.
“Avenida 39, ahora es Averigua… Pasó uno preguntando una dirección… ‘¿Ven acá, esta es la avenida 39?’ …No, no, no. Esto era la Avenida 39, ahora es Averigua… ¡Mira cómo está!”, exclamó Jardiel, mientras mostraba con la cámara los huecos y roturas de la calle, inundada de aguas albañales y fango.
“Mira cómo está esta esquinita aquí, 3986”, señaló, entre asombrado e incrédulo, enseñando un enorme basurero ante sí.
“Aquí fue donde yo hice el video de Messi en el Inter de Miami… No, Messi en el interior de Marianao, y esto volvió a rebotar pa’ fuera”, dijo en un reciente post subido a sus redes sociales.
“Esto es la Ciénaga de Zapata ligado con el Vertedero (…)”, afirmó el comediante al ver la magnitud del desastre en una calle de la barriada habanera, cerca del hospital Maternidad Obrera.
“Aquí esto es fango puro… por ahí ahorita sale un cocodrilo”, ironizó, a la vista de los cráteres llenos de agua fangosa y contaminada, donde no habrá reptiles que acechen, pero sí miles de gérmenes que ponen en riesgo la salud de los residentes en el lugar. E hizo notar: “Aquí al lado hay una bodega y una carnicería”.
“Avenida 39, no. ¡Averigua! ¡Ave de averigua!”, terminó exclamando el popular comediante, que usa su arte para denunciar la cruda realidad cubana y la desidia de las autoridades, no solo en Marianao, donde él reside, sino en otras partes de la capital cubana.
Entre chiste y chiste, el exintegrante del grupo humorístico Punto y Coma cuestiona el estado de abandono y miseria en que se encuentra la ciudad y fustiga a los responsables de esa desoladora situación.
Baches en las calles, escombros y basura por doquier, desagües destapados… han sido blanco de sus mordaces videos, que desatan la risa, pero también hacen reflexionar sobre la crítica realidad cubana.
A Jardiel no se le escapa ningún tema de actualidad o de interés social y, con agudeza, lo mismo cuestiona las incoherencias del sistema monetario impuesto por el régimen y su impacto en los bolsillos de los ciudadanos de a pie, que recrea, con un humor mezclado de tristeza, cómo los niños cubanos viven el Día de los Reyes Magos.
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