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Un padre cubano ha denunciado en redes sociales la escasez de recursos en el sistema de salud de Artemisa. Según explica, llevó a su hijo herido, luego de enterrarse una cabilla en un pie, a un policlínico del municipio Güira de Melena y allí sólo se encontró "la mala cara de algunos funcionarios". No le quedó entonces más remedio que dirigirse a un hospital donde pudieran curar las heridas del menor.
En un post en Facebook, este padre cubano asegura que en el centro de salud no pudieron inyectar a su hijo, ni hacerle placas ni ultrasonido en el pie afectado "porque no hay luz y la planta está rota". En casos de urgencias como ésta, el padre afectado se limitó a preguntarse "hasta cuándo esta maldita dictadura va a seguir jugando con nosotros".
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Esta situación le llevó además a cuestionar cómo es posible que aún existan en Cuba personas que apoyan la gestión del régimen. Los pocos comentarios que tiene la queja van todos en la misma dirección.
"Nos tratan como animales. Nos pisan como al suelo. Nos quitan el agua, la corriente, el derecho a hablar y dicen que no son dictadores", comenta un internauta que se presenta como Aziel Rivera.
Esta denuncia por la mala atención en un policlínico en Artemisa, no es una queja aislada. Cada vez son más los usuarios de la sanidad pública cubana que muestran en las redes sociales su disconformidad con el estado de la sanidad en Cuba, que ha pasado de ser una de las banderas del régimen, a convertirse en su talón de Aquiles, especialmente después de la pandemia del coronavirus, que puso al descubierto las carencias del sistema de salud cubano.
A finales de noviembre circularon imágenes del deplorable estado de los baños del hospital pediátrico Mario Muñoz Monroy, de Colón, en Matanzas. Allí la insalubridad era lo de menos porque carecían de ambulancia y, además, también se ponía en cuestión la mala calidad de la alimentación de los pacientes.
Lo que más se repiten en redes sociales son denuncias por la falta de limpieza en los hospitales de la Isla. Lo hizo en octubre de 2023, una mujer embarazada que en ese momento estaba ingresada en el hospital Vladimir Ilich Lenin, de Holguín. Ella se quejó del estado de los baños, pese a que el centro habría recibido pocos días antes una visita de Miguel Díaz-Canel.
Las fotos que publicó en redes sociales mostraban inodoros y lavamanos completamente insalubres. Un hecho que se repite en otros centros del país, como el pediátrico de Camagüey.
En abril del año pasado otra cubana, también embarazada, estalló contra la mala atención recibida en el Hospital Nacional, donde fue ingresada en una sala con pacientes con neumonía. Ella entró con fiebre y a pesar de su delicado estado (esperaba gemelos) tenía que cargar cubos de agua para bañarse.
Según su testimonio, el agua entraba una vez al día al hospital, no había refrigerador para guardar la comida y tampoco termómetro para controlar la fiebre.
El sistema de salud de la Isla se ha ido deteriorando paulatinamente debido a la falta de inversiones y mantenimiento. En el primer semestre de 2023, el régimen cubano volvió a destinar cuatro veces más a hoteles y restaurantes (pese a la caída de la llegada de turistas) que a salud pública y asistencia social, según los datos difundidos por la propia Oficina Nacional de Estadística e Información.
No se trató de una acción puntual, sino de la confirmación de una tendencia que el régimen ya venía haciendo desde 2022. Economistas como Pedro Monreal han criticado esta situación porque entienden que priorizar la inversión en turismo, por encima de los servicios públicos esenciales tiene, a la larga, "un costo político importante".
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