Con absoluta confianza en su piloto automático, el conductor de un Tesla decidió echar una siesta mientras conducía por las autopistas de Miami.
La imagen fue captada por un viajero desde otro automóvil y, a juzgar por ella, el conductor del Tesla iba profundamente dormido, tal y como puede apreciarse el video compartido en el sitio de sucesos Only in Dade.
Con el asiento reclinado hacia atrás y la cabeza descolgada (propia de quien duerme a pierna suelta), el joven chofer puso toda su confianza en la tecnología del automóvil ideado por el multimillonario Elon Musk.
“Todos los coches Tesla vienen de serie con un hardware avanzado capaz de ofrecer las funciones de Piloto automático y capacidades de conducción autónoma total a través de actualizaciones de software diseñadas para mejorar la funcionalidad con el tiempo”, indica la web de Tesla bajo el título “El futuro de la conducción”.
Multitud de cámaras y sensores permiten al vehículo desplazarse de manera autónoma, gracias al procesador que interpreta todas las señales que envían sus ocho cámaras, que ofrecen una visibilidad de 360 grados con un alcance de hasta 250 metros.
Con una potencia de procesamiento 40 veces mayor a los modelos iniciales, la computadora integrada Hardware 3 ejecuta la red neuronal desarrollada por Tesla, y proporciona una vista del entorno superior a la del conductor, “ya que puede ver en todas las direcciones simultáneamente y en longitudes de onda que van mucho más allá de los sentidos humanos”.
Tanta tecnología fue la que dejó bloqueada a una pareja de abuelos cubanos que se desplazaban a mediados de noviembre en un Tesla por Miami.
“¡Pues ahora sí que estamos mal!”, se escuchó decir a la mujer que ocupaba el asiento delantero, junto al conductor, que miraba la pantalla del vehículo sin entender muy bien sus mensajes.
En un inglés con fuerte acento cubano, la abuela transmitió el mensaje del ordenador del Tesla. "Driving and changing the server. Do not drive until complete it…; ¡Así que no hagas nada!", le dijo a quien parecía su marido.
“¿Entonces qué hago? No puedo abrir las ventanas…”, protestó desesperado el hombre, tocando la pantalla y otros mandos del automóvil.
“¡Cagarte en la madre de La Tesla!”, le cortó ella tajante, desesperada ante la situación que los mantenía atrapados.
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